La pandemia de COVID-19 provocó la muerte de 26 residentes en un retiro de ancianos en Bélgica, después de la visita de un voluntario vestido de Papá Noel que aparentemente ignoraba estar contaminado, informaron fuentes sanitarias y del propio establecimiento.
El retiro de ancianos Hemelrijck -situada en Mol, en la provincia de Amberes-, donde a inicios de diciembre vivían 169 personas, cuenta ahora con 85 casos positivos de COVID-19 entre los residentes y otros 40 contagiados entre el personal, señaló un funcionario del establecimiento, quien pidió anonimato.
El pasado 5 de diciembre, el retiro organizó la visita de un voluntario disfrazado de Papá Noel, para animar a los ancianos y entregarles diversos regalos. Pocos días después esa persona arrojó resultado positivo por coronavirus.
El experto virólogo belga, Marc Van Ranst, había señalado que la mayoría de las personas infectadas en la residencia de ancianos había sido contagiada "por la misma fuente".
Tradicionalmente, Papá Noel -o Sinterklaas- distribuye regalos en Bélgica cada 6 de diciembre.
En tanto, un portavoz de la agencia sanitaria de la región flamenca de Bélgica, Joris Moonens, señaló que por el momento "no hay certeza" de que el Papá Noel haya sido el origen de la infección, como tampoco hay evidencias de que el voluntario haya tenido conocimiento de que estaba contaminado.
Sin embargo, el brote fue detectado pocos días después de la visita del Papá Noel, y los temores se consolidaron al conocerse que el voluntario efectivamente arrojó resultado positivo en un examen.
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Los retiros de ancianos en Bélgica fueron severamente golpeados por la pandemia de coronavirus.
El país cuenta con uno de los más elevados saldos de víctimas fatales per cápita a nivel mundial, y se estima que más de la mitad de los fallecidos fueron personas de edad avanzada que residían en establecimientos de ese tipo.
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