"Si debo morir, al menos que sea en mi país". Como Tetiana Kocheva,ucranianos que encontraron refugio en Israel tras la invasión rusa decidieron regresar a su país, pese a la guerra, para huir del conflicto con Hamás.
Cuando las tropas rusas invadieron Ucrania a finales de febrero de 2022, Tetiana, de 39 años, y sus tres hijos, hoy de 14, 10 y 3 años, vivían en Járkov (noreste), cerca de la frontera con Rusia.
Járkov fue uno de los primeros objetivos de los bombardeos rusos en Ucrania. Tetiana y sus hijos estuvieron escondidos durante diez días en un sótano.
En julio de 2022 abandonaron Ucrania para ir a Israel, donde trabajaba su marido.
Publicidad
"Pensé que nos quedaríamos tres meses y después regresaríamos", "pero la guerra no se ha terminado". La familia se instaló en Ascalón, una ciudad del sur de Israel, cerca de Gaza.
El 7 de octubre, día del sangriento ataque del movimiento islamista palestino Hamás lanzado desde Gaza hacia territorio israelí, "mis manos se pusieron a temblar y tuve la misma sensación que sentí en el momento en el que la guerra comenzó en mi país", cuenta Tetiana.
Publicidad
Describe el ruido "sin fin" de las sirenas, "las explosiones que no se cesan", las noches en los refugios con los niños.
"Necesitaba volver a casa"
"Cuando [el conflicto] se intensificó (...) entré en pánico, tuve miedo y me di cuenta de que necesitaba volver a casa", explica la mujer.
La familia fue evacuada al centro de Israel, donde se quedó unos días, antes de emprender su retorno a Ucrania, adonde llegaron el 20 de octubre. Se volvieron a instalar en Járkov.
Esta ciudad es regularmente blanco de bombardeos rusos, pero desde hace poco menos de un año ya no está amenazada con ser ocupada.
Publicidad
Desde el 7 de octubre, unos 4.000 ucranianos han huido de Israel, según cifras de la embajada ucraniana.
"Es mi tierra natal, mi bandera, no sé cómo expresarlo, estoy feliz" de haber regresado, afirma Tetiana. "Si tengo que morir, al menos que sea en mi país", añade resignada.
Publicidad
A unos 400 kilómetros de allí, en la capital Kiev, Diana, de 8 años, baila sobre hojas secas en un parque al borde del río Dniéper.
La niña y su madre, Anna Lyashko, de 28 años, regresaron de Israel a mediados de octubre. Habían huido de Ucrania en marzo de 2022.
En aquel momento vivían en una ciudad ocupada por los rusos cerca de Kiev, "donde estaban bajo las bombas, sin electricidad, sin agua, sin comunicaciones", enumera Anna.
"Mi hija tenía mucho miedo y decidimos irnos" a Israel, donde un primo suyo vivía. La mujer pensaba que se quedarían "uno o dos años".
Publicidad
Pero el 7 de octubre "la guerra estalló allá también". "Los sentimientos eran los mismos que el 24 de febrero en Ucrania (...) Miré a mi hija y vi miedo en sus ojos".
"Entendí que no podíamos quedarnos allí". Ella y su hija abandonaron Tel Aviv el 14 de octubre, ayudadas por la embajada de Ucrania.
Publicidad
"Dejar una guerra por otra"
Desde el centro de Kiev, Oksana Sokolovska, de 39 años, dice también estar "contenta de haber vuelto a casa", aunque "es difícil dejar una guerra por otra".
Se fue de Ucrania con sus tres hijos el 16 de marzo de 2022. Eligió Israel porque "pensaba que era el país más seguro del mundo". La familia se instaló en Rishon Le Tzion, cerca de Tel Aviv.
Cuando comenzó el ataque de Hamás, "sonaron las sirenas de alerta aérea, comenzaron los bombardeos masivos" y "todo el día nos quedamos en el refugio antiaéreo con los niños", cuenta.
Rápidamente decidió dejar Israel, "para no arriesgar la vida de mis hijos", y tomaron un avión el 14 de octubre.
Publicidad
"Actualmente la situación es más tranquila en Kiev y su región que en Israel (...) Ésta es la única razón por la que volví", admite.
Le puede interesar
Publicidad