En octubre de 2020, cuando se reveló que el entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump había contraído COVID-19, no se contó al mundo toda la verdad de su real situación de salud. Así lo revela una investigación del New York Times , que da cuenta de la gravedad de los hechos y de la seria preocupación de su personal médico en ese momento.
Según lo revela el diario en un reportaje desarrollado por cuatro de sus periodistas, Trump estuvo afectado seriamente con una neumonía que le mantuvo los pulmones inflamados, con líquido, lo que llevó que tuviera complicaciones para respirar. De hecho, su nivel de oxigenación en la sangre llegó a estar en 80, cuando al llegar a 90 es considerado de gravedad.
En su momento su jefe médico informó a los medios que la oximetría de Trump no bajó de 93.
Cuatro personas consultadas por el diario reconocieron que antes de ser enviado a hospitalización al Centro Médico Militar Walter Reed, su cuerpo médico estuvo a punto de ordenar que fuera intubado, que lo asistieran con ventilación mecánica ante el deterioro de su salud. De hecho, revelaron que Trump se negó a irse al Walter Reed y que solo accedió cuando sus asesores le indicaron que el Servicio Secreto iba a llevárselo contra su voluntad ante el deterioro sostenido de su salud.
Publicidad
El New York Times también cuenta que Trump fue sometido a un coctel de medicamentos, incluido el tratamiento Regeneron, no autorizado por la FDA en su momento, además de antibióticos fuertes y Dexametasona, que se indica para pacientes muy graves en hospitales por COVID-19.