La Tierra experimentó este 24 de marzo una tormenta geomagnética G4, la más fuerte registrada en años. Este fenómeno se presentó por una serie de eventos en el Sol.
El Sol liberó una potente explosión de plasma y campo magnético conocida como eyección de masa coronal (CME), la cual viajó a gran velocidad a través del espacio y alcanzó el campo magnético de la Tierra.
Cabe mencionar que el campo magnético terrestre juega un papel crucial al proteger a la Tierra de la radiación solar. Cuando interactúa con este campo magnético, se desencadena una tormenta geomagnética.
Matthew Cappucci, renombrado científico atmosférico y meteorólogo, ha explicado que esta tormenta geomagnética, clasificada en nivel 4 de 5, ha afectado el campo magnético terrestre, desencadenando diversos fenómenos notables. Entre ellos se destacan la aparición de auroras boreales y australes, interrupciones en las comunicaciones por radio y satélite, así como variaciones en las redes eléctricas con el potencial de causar impacto a nivel global.
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Causas que aumentaron la intensidad de la tormenta
Orientación del campo magnético
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La orientación del campo magnético terrestre durante la CME la hizo más susceptible a la interacción.
Intensidad de la CME
La CME del 24 de marzo fue una de las más intensas registradas en años.
¿Cómo prepararse para una tormenta geomagnética?
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Antes de la tormenta
- Infórmese
- Proteja sus dispositivos:
- Tenga abastecimiento de alimentos, kit de primeros auxilios y agua
Durante la tormenta
- Manténgase informado de medios oficiales
- No salga de su casa
- Abríguese con ropa adecuada si la temperatura es baja
Después de la tormenta
- Revise daños en su vivienda
- Reponga suministros
Una tormenta geomagnética G4 puede variar dependiendo de la región y la infraestructura local donde se encuentre. Las áreas ubicadas en latitudes altas, como el Ártico y la Antártida, son más vulnerables a los efectos de estos eventos naturales.
Ante la amenaza de una tormenta geomagnética de categoría G4, es importante tomar medidas preventivas para minimizar sus efectos adversos. Esto puede incluir la preparación de sistemas de energía eléctrica
y comunicaciones para resistir las fluctuaciones, así como la implementación de planes de contingencia.