Shelley, una tortuga de tan solo 3 patas y de reja de arado, fue arrebatada de su territorio en Madagascar, siendo llevado de contrabando en un barco y un avión a Etiopía.
Lo triste, es que la tortuga fue envuelta en cinta plástica y transportada en un vuelo a Hong Kong. Además la metieron en una maleta con otras 56 tortugas en peligro de extinción.
Shelley recorrió más de 20.000 km en los últimos 30 meses. Una de sus compañeras fue Angonoka, otra tortuga que falleció en septiembre de 2019, mientras que Shelley fue mantenida bajo estrecha vigilancia en la Granja y Jardín Botánico de Kadoorie. Para poder ayudarle a movilizarse, los veterinarios le pusieron pequeñas ruedas.
Publicidad
Estas tortugas suelen venderse en el mercado negro por hasta 50.000 dólares cada una, debido a sus llamativos caparazones dorados y en forma de cúpula.
Así como Shelley, miles de tortugas han tenido que recorrer varios países. Por ejemplo, un ciudadano filipino al que se le impuso una multa de 7.000 dólares hongkoneses por contrabando de tortugas raras, regresó cuatro meses con el doble de estas tortugas en una maleta.