En el contexto de la guerra entre Rusia y Ucrania , uno de los momentos más críticos se produjo con la incursión ucraniana en territorio ruso. Este hecho ha generado diversas reacciones tanto en el Kremlin como en la comunidad internacional. Para entender mejor las implicaciones de este acontecimiento, la doctora Domitilla Sagramoso, profesora titular de Seguridad del Departamento de Estudios de Guerra del King´s College en Londres habló al respecto con Camila Zuluaga en Mañanas Blu 10:30 A.M.
Según Sagramoso "ya hemos visto la reacción que ha tenido Rusia, ha intentado en cierto modo limitar los daños de esa avanzada". En respuesta a la incursión, Moscú ha comenzado a construir líneas defensivas en las zonas fronterizas de Belgorod y Kursk, áreas críticas donde se han desplegado principalmente fuerzas de reserva y conscriptos. A pesar de esto, la experta subraya que "todavía no hemos visto un gran desplazamiento de fuerzas de otras regiones del frente", lo que sugiere que la reacción rusa, aunque significativa, no ha alterado drásticamente su estrategia general en la guerra.
Una de las preocupaciones más extendidas en Occidente es la posibilidad de que Rusia recurra a su arsenal nuclear como respuesta a la invasión ucraniana. Sin embargo, Sagramoso aclara que "durante estos últimos dos años, dos años y medio, muchas de estas líneas rojas al final no han resultado ser tales". A pesar de la incursión en territorio ruso, no ha habido amenazas nucleares explícitas, lo cual resulta sorprendente dado el contexto. Incluso figuras usualmente beligerantes como el expresidente Medvédev, quien ha amenazado en otras ocasiones con el uso de armas nucleares, no han hecho tales declaraciones en este caso.
Este hecho evidencia la reticencia de Rusia a escalar el conflicto hacia una confrontación directa con la OTAN, ya que "Rusia quiere evitar una confrontación directa con la OTAN porque sabe que se encuentra en una situación militarmente de desventaja". La posibilidad de una guerra nuclear sería catastrófica no solo para Ucrania, sino también para el propio territorio ruso, dada la capacidad armamentística de la Alianza Atlántica.
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Por otra parte,
el éxito de la incursión ucraniana ha sido atribuido a la capacidad del país de "explotar estas zonas débiles" en las líneas de defensa rusas. A lo largo del conflicto, Ucrania ha demostrado una habilidad sorprendente para adaptarse y llevar a cabo lo que se denomina una guerra asimétrica, evitando enfrentamientos directos donde Rusia es más fuerte, como en la región del Donbás, y focalizándose en puntos estratégicos más vulnerables.
Además, la experta destaca la profesionalización del ejército ucraniano, que ha logrado coordinar con eficacia distintos elementos de sus Fuerzas Armadas, incluyendo guerra electrónica, defensa antiaérea y operaciones de sabotaje e inteligencia. Este enfoque ha permitido a Ucrania tomar la iniciativa en el campo de batalla y demostrar que, con el apoyo armamentístico adecuado, puede no solo defenderse, sino también lanzar ofensivas en territorio enemigo.
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La gran incógnita que se plantea ahora es si Ucrania podrá mantener su control sobre los territorios ocupados en Rusia y si Rusia podrá reponerse de esta humillación militar. La experta señala que "es un poco prematuro para dar una respuesta clara", pero destaca que Ucrania parece estar preparando la infraestructura necesaria para consolidar su presencia en estas áreas y posiblemente crear "zonas tampón" a lo largo de la frontera.
Por otro lado, aunque Rusia tiene mayor capacidad de reclutamiento, también enfrenta limitaciones significativas. A medida que la guerra se prolonga, ambos bandos muestran señales de agotamiento, con dificultades crecientes para mantener un flujo constante de soldados y equipamiento militar.
En última instancia, la estabilidad del régimen de Vladimir Putin podría verse amenazada no tanto por el avance militar ucraniano, sino por la percepción de humillación y los desafíos internos que esta situación podría desencadenar. No obstante, hasta ahora, "no han habido realmente desafíos serios a la estructura de poder de Putin", lo que sugiere que, a pesar de las dificultades, el Kremlin aún tiene un control firme sobre el país.
En conclusión, mientras la guerra continúa, tanto Ucrania como Rusia enfrentan desafíos significativos. La capacidad de ambos para adaptarse y resistir será crucial en los próximos meses, en un conflicto que, lejos de resolverse, parece estar entrando en una nueva fase de incertidumbre y desgaste prolongado.
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Escuche aquí la entrevista:
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