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Save The Children: “Nacer hoy en Gaza es nacer muerto”

El director de la ONG Save the Children, Vicente Reimundo, denuncia en los micrófonos de Mañanas Blu con Néstor Morales, sobre la "barbarie" que significa la guerra en Gaza, recordando que dos de cada tres personas que han muerto en Gaza eran mujeres y niños.

Mejora la situación alimentaria en la Franja de Gaza
Blu Radio - AFP
Blu Radio - AFP

Respecto a la radiografía global de este conflicto, Vicente Reimundo, director de Save The Children, afirma que "nos tendríamos que remontar al siglo diecinueve para encontrar un conflicto armado en el que el porcentaje de población civil muerta sea tan alto como es en Gaza. La cifra más conservadora es que dos de cada tres personas que han muerto desde el 7 de octubre en Gaza eran mujeres y eran niños y esto es lo significativo, esto es lo dramático y esto es lo que está completamente injustificado".

Por otra parte, respecto a la posibilidad de que termine la tragedia o sobre la posibilidad de sacar a los niños de la tragedia, Reimundo afirmó que "es muy difícil poder decir que el peor lugar del mundo para ser niño es Gaza, pero si Gaza hoy en día no es el peor lugar del mundo para ser niña o niño, debe ser el segundo o el tercer peor lugar".

Y agregó que "hemos normalizado un nivel de destrucción, una intensidad de ataques, un número de heridos, fallecidos, muertos y de destrucción de toda la infraestructura contra las personas y por supuesto contra los niños, que son mucho más vulnerables, que nos debería llamar mucho la atención después de estos ocho meses y después de las peticiones de la comunidad internacional, vamos a tener otro fuego duradero que nos permita hacer el trabajo humanitario, llevamos semanas con cada vez menos ayuda humanitaria, pudiendo entrar en la franja, con el hambre extendiéndose, con los hospitales dejando de funcionar, con el agua cada vez menos potable, con las personas cada vez más desplazadas. Y la situación va a peor, no va a mejor".

Además, respecto a la pregunta de cómo ha cambiado la situación de Save the Children antes de la guerra y ahora en la guerra, el director dijo que la ONG lleva "trabajando desde el año 53 en Gaza" y que "antes del 7 de octubre existía una población que era altamente dependiente: un 80 % altamente dependiente de asistencia humanitaria internacional. Y esta asistencia la gestionaba y la manejaba sobre todo Naciones Unidas, pero después del 7 de octubre, ese orden desapareció".

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Agregando información sobre la dificultad para ingresar hoy en día al territorio Reimundo afirmó que "si entraban antes una media de 500 camiones al día en Gaza, en los últimos días no han entrado ni 100. ¿Qué es lo que estamos viendo? Pues una barbarie y unas condiciones de vida y de cotidianidad para niñas y niños, y por supuesto también para adultos, que son absolutamente inaceptables. Y lo trágico, lo que estamos viendo, es que si mañana por la mañana o esta misma tarde, nosotros, las Naciones Unidas, la familia de la Cruz Roja, tuviera un acceso sin restricciones , estaríamos en condiciones de salvar miles de vidas ahora mismo".

Respecto a la realidad de los insumos médicos afirmó que en estos momentos los insumos médicos no están entrando prácticamente en Gaza y se están haciendo intervenciones quirúrgicas sin anestesia: "las mujeres que dan a luz, se les permite dar a luz en un hospital, pero según dan a luz, se las manda de vuelta a su casa. Es decir, se está haciendo lo que se llama medicina y cirugía de guerra con los medios más precarios que jamás ha tenido una guerra en los últimos años. Y no nos olvidemos de las personas que son enfermos crónicos, el diabético no puede estar con su insulina, los neonatos no pueden estar en una incubadora"

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Desde que inició el conflicto, un número alarmante de niños han perdido la vida en ataques aéreos y bombardeos indiscriminados. En Gaza, las condiciones de vida son extremadamente precarias debido al bloqueo impuesto por Israel y las secuelas de años de conflicto. La población infantil se enfrenta a una realidad marcada por la falta de acceso a servicios básicos como agua potable, atención médica adecuada y educación de calidad. La infraestructura devastada dificulta enormemente la capacidad de Gaza para hacer frente a las necesidades de su población, dejando a los niños especialmente vulnerables a enfermedades, desnutrición y traumas psicológicos.

Los niños de Gaza crecen bajo el constante estrés y temor de la violencia, con el sonido de explosiones y sirenas siendo una parte inquietante de su cotidianidad. Muchos sufren de trastornos de estrés postraumático y ansiedad debido a la exposición repetida a situaciones de peligro. La falta de oportunidades y la sensación de estar atrapados en un ciclo interminable de conflicto socavan su bienestar emocional y su esperanza de un futuro pacífico y próspero.

Mientras persista la violencia y la desesperación en Gaza, el sufrimiento de los niños continuará siendo una mancha indeleble en la conciencia global.

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