La salud del papa Francisco , hospitalizado desde el miércoles en Roma, registra una "clara mejoría" tras la administración de una "terapia antiobiótica" contra "una bronquitis infecciosa", anunció este jueves el Vaticano en un segundo informe tranquilizador.
"En el marco de los controles clínicos (...) se detectó una bronquitis infecciosa que requirió la administración de una terapia antibiótica a base de infusión que produjo los efectos esperados, con una clara mejoría del estado de salud" del jefe de la Iglesia Católica, de 86 años, indicó el informe.
El pontífice podría ser dado de alta "en los próximos días", adelantó el comunicado de la oficina de prensa de la Santa Sede.
Esa perspectiva para indicar que los médicos descartaron problemas cardíacos o una pulmonía.
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El vocero del pontífice, Matteo Bruni, había dado parte por la mañana de una mejora progresiva del cuadro clínico de Francisco, quien había leído "algunos periódicos" y "vuelto al trabajo".
"Estoy conmovido por los numerosos mensajes que he recibido en estas horas; doy las gracias a todos por su cercanía y su oración", tuiteó horas más tarde el pontífice argentino.
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El papa se encuentra internado en el décimo piso, reservado a los papas, del hospital Gemelli, el mismo donde fue ingresado siete veces Juan Pablo II, fallecido en 2005.
Francisco pasó allí diez días en 2021, recuperándose de una delicada operación de colon.
El Vaticano se está preparando para una Semana Santa especial, ante la posibilidad de que Francisco se vea impedido de participar e inclusive de presidir las ceremonias litúrgicas.
La ausencia del pontífice sería algo inédito en la semana más solemne del cristianismo, durante la cual los creyentes rememoran la muerte y resurrección de Cristo según lo narrado en los evangelios.
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Este año se inicia el 2 de abril con el Domingo de Ramos y concluye el domingo 9 con la misa Pascual.
Fuentes vaticanas confirmaron que varios cardenales celebrarán ceremonias como el Via Crucis en el Coliseo de Roma del Viernes Santo.
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Pero se ignora si el papa podrá presidirlas, debido a que algunas se llevan a cabo al aire libre.
"Espero que se recupere muy rápido y que pueda celebrar la Pascua aquí, desde San Pedro", dijo a la AFP Tina Montalbano, una guía turística italiana de 60 años, mientras atravesaba la inmensa plaza.
Francisco tiene programado un viaje a Hungría a finales de abril, para asistir a la clausura del Encuentro Eucarístico Internacional de Budapest.
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Renuncia no descartada
La hospitalización sorprendió, porque el miércoles Jorge Bergoglio participó con total normalidad a la tradicional audiencia general en la Plaza de San Pedro, durante la cual apareció sonriente y saludó a los fieles desde su "papamóvil".
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Pero de pronto sintió "un fuerte dolor en el pecho" y sus aistentes llamaron de manera urgente a una ambulancia, describe el diario La Stampa, con el título: "Papa: El gran miedo".
Personalidades y líderes políticos de todo el mundo le han enviado mensajes de pronta recuperación, entre ellos el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien pidió oraciones por su salud.
Francisco, que se moviliza en silla de ruedas desde mayo de 2022 debido a la artritis en una rodilla, fue operado de colon en julio del 2021.
Ante los periodistas que suelen acompañarlo en sus viajes, contó que esa intervención le dejó "secuelas" por la anestesia y que por ello descartó someterse a una nueva intervención en la rodilla.
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Esos problemas médicos lo obligaron a cancelar varias audiencias en 2022 y a posponer un viaje a África, lo que suscitó conjeturas sobre una posible renuncia.
En varias entrevistas concedidas en los últimos meses, el papa ha hablado de la posibilidad de renunciar, tal como lo hizo en 2013 su predecesor, Benedicto XVI, fallecido a finales de 2022.
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"Es verdad que escribí mi dimisión dos meses después de mi elección (en marzo del 2013)... Lo hice por si tengo algún problema de salud que me impida ejercer mi ministerio", contó, aunque aclaró que no había pensado concretamente en dejar el cargo.
En julio del año pasado, confesó que "ya no podía viajar" con el ritmo de antes y dijo que podría "hacerse a un lado".
Hace un mes volvió a hablar del tema para aclarar que la renuncia de un papa "no debería convertirse en una moda" y recalcó que esa idea "no estaba en su agenda por el momento".
El pontífice es atendido constantemente por un equipo de médicos y enfermeros, ya sea en el Vaticano o durante sus viajes.
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Una medida más que necesaria debido a su edad y a su historia clínica, ya que a los 21 años estuvo a punto de morir por una pleuresía y sufrió una ablación parcial de uno de sus pulmones.
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