Rusia llevó a cabo el octavo ataque "masivo" contra infraestructuras energéticas de Ucrania en los últimos tres meses, causando graves daños y afectando la capacidad eléctrica del país.

El Ministerio de Defensa ruso informó que los ataques se realizaron con armamento de largo alcance, alta precisión y drones, dirigidos a instalaciones energéticas clave y arsenales de armas proporcionadas por países occidentales.

Ucrania informó que de los 16 misiles y 13 drones lanzados por Rusia, su defensa antiaérea logró derribar todos menos cuatro.

Los bombardeos rusos dañaron equipos de las instalaciones de Ukrenergo en las regiones de Zaporiyia y Leópolis, lo que afectó gravemente la infraestructura energética.

Los ataques han paralizado la capacidad de generación de electricidad de Ucrania, obligando a Kiev a importar suministros de la Unión Europea o imponer cortes de electricidad.

El presidente ucraniano Volodimir Zelenski instó a instalar paneles solares en cada escuela y hospital para enfrentar los cortes de electricidad, y el operador DTEK advirtió sobre una grave crisis energética este invierno sin apoyo occidental.

Los ataques rusos mataron a al menos tres personas y dejaron 37 heridos en Járkov, mientras que en Donetsk, cinco personas murieron en las últimas 24 horas debido a los bombardeos.

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