El local, de diseño minimalista en tonos neutros y azules, cuenta con otras dos camareras robot, Claire y R24, que, junto a Nadia, se desplazan desde la recepción hasta las mesas de los clientes.
El restaurante, llamado Robot Café, está situado en el distrito de Kileleshwa, al oeste de la capital de Kenia.
"¡Bienvenido!", exclama Nadia, una robot vestida de rojo, al detectar la presencia de una persona a través de su sensor de movimiento en la entrada del primer restaurante de África del Este.
Estos robots están equipados con dos cámaras frontales que les permiten diferenciar entre objetos y personas, además de incorporar sensores de movimiento.
El trabajo de estos tres autómatas ayuda al personal al reducir el tiempo de espera de los clientes y acercar los pedidos a las mesas.
"Es agradable trabajar con robots porque me facilitan el trabajo. No tengo que llevar la comida de la cocina a las mesas", explica la joven, aunque aclara que los robots no pueden reemplazar la interacción humana., comenta una de las meseras que trabaja con la robot.
Nadia, Claire y R24 son máquinas que también pueden presentar problemas. John Kariuki, el gerente del restaurante. Además, señala que los robots no pueden transportar bebidas como zumos, ya que unas canaletas en el suelo del restaurante obstaculizan su paso hacia las mesas.
El software que controla a estos robots combina inteligencia artificial con tecnología LIDAR (Luz, Detección y Medición), que les permite calcular las distancias con los objetos.
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