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Reconocido escritor reveló que fue hospitalizado por depresión y síndrome bipolar

El escritor contó que un día notó que su pensamiento y su lenguaje se aceleraban. "Los amigos me señalaron que estaba haciendo cosas extrañas", dijo.

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Escritor italiano Paolo Cognetti
Foto: AFP

El escritor italiano Paolo Cognetti, que alcanzó una gran popularidad con su novela "Las ocho montañas", ha revelado este jueves que tuvo que ser internado en el departamento de psiquiatría de un hospital de Milán (norte) debido a una "depresión severa que se ha convertido en un síndrome bipolar con fases maníacas".

"En primavera y verano, sin razón aparente, me mordió la depresión", indica Cognetti, de 46 años, en una entrevista con el diario "la Repubblica" dos días después de ser dado de alta para "decir públicamente que las enfermedades nerviosas ya no deben ser una vergüenza que ocultar y que el camino de vuelta empieza por aceptar quién eres realmente".

El ganador del Premio Strega, el galardón literario más importante del país, en 2017 con "Las ocho montañas", llevada después al cine, explica que tras la depresión inicial llegó el síndrome bipolar.

"En las últimas semanas, sin embargo, al bajar de mi refugio en el Monte Rosa, me encontraba en una fase hermosa y creativa. Un día noté que mi pensamiento y mi lenguaje se aceleraban. Los amigos me señalaron que estaba haciendo cosas extrañas. El 4 de diciembre, el médico ordenó un tratamiento médico obligatorio".

Cognetti, para quien "la fragilidad" se agravó con el éxito de su novela, explica que "en las fases maníacas uno puede perder el sentido del pudor o del dinero".

"Envié fotos mías desnudo a amigos y les di mucho dinero. Todo el mundo se alarmó: existía el temor, infundado para mí, de que hiciera gestos extremos o me convirtiera en un peligro para los demás", dice y reconoce que para "volver a ver la luz" aún "hace falta tiempo".

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Y concluye: "Sigo siendo anarquista, pero en el hospital hay que obedecer a los médicos. Te despiertan a las seis de la mañana e inmediatamente te obligan a beber dos vasos grandes de tranquilizantes. Estás vivo, pero es como si estuvieras muerto".

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