Conceptos como la "diversidad, equidad, inclusión", profundamente arraigados en Estados Unidos, han quedado en entredicho bajo el impulso del presidente Donald Trump que les ha declarado la guerra por considerar que se trata de políticas "discriminatorias".
Las políticas conocidas como "DEI", herencia del movimiento por los derechos civiles de los años 60, tienen como objetivo declarado promover la igualdad de oportunidades teniendo en cuenta diferentes criterios, especialmente en el proceso de reclutamiento.
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Algunos de ellos son el origen étnico, el género, la discapacidad o la orientación sexual.
Pero el acrónimo "DEI" se ha convertido en los últimos años en una de las dianas de la derecha estadounidense, que considera que estas políticas en realidad fomentan la discriminación mediante el establecimiento de cuotas, en detrimento del mérito.
"DEI no es más que otra palabra para decir racismo", soltó Elon Musk el año pasado, incluso antes de apoyar a Donald Trump y a partidos europeos de extrema derecha.
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Nada más regresar a la Casa Blanca, el presidente republicano firmó un decreto que declara "ilegales" los programas y políticas de "DEI" dentro del Estado federal.
Todos los funcionarios y empleados de estos programas han sido puestos bajo licencia administrativa forzada antes de ser despedidos "en 60 días". Y se ha enviado una circular a distintos ministerios que pide denunciar cualquier intento de ocultar programas de este tipo.
"Desmantelamiento sistemático"
Un decreto de 1965, en pleno movimiento por los derechos civiles, también ha sido derogado. Prohibía la discriminación en el empleo dentro de las empresas contratadas por el Estado federal.
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"Las instrucciones del presidente Trump son claras: no más DEI en el Departamento de Defensa", declaró el nuevo jefe del Pentágono Pete Hegseth en la red social X el domingo.
El Pentágono lo cumplirá "de inmediato", añadió este exmilitar y presentador de Fox News.
Mike Gonzalez, investigador del centro de reflexión conservador Heritage Foundation, elogió el "desmantelamiento sistemático" de las políticas de "DEI" en la administración.
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Porque ponerle fin "era una promesa de campaña de Trump, una que los votantes exigían", añade.
La Casa Blanca invoca "la promesa constitucional de una igualdad indiferente a la raza" y la promoción del "mérito".
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Pero para los partidarios de las políticas de "DEI", Donald Trump pone en peligro la lucha contra las discriminaciones.
La poderosa asociación ACLU de defensa de los derechos civiles denunció la semana pasada "los esfuerzos deliberados" del republicano para "sembrar la confusión" e "instrumentalizar" las leyes antidiscriminación existentes.
Sus decretos "buscan intimidar a todos los empleadores" privados o públicos, utilizando "términos vagos y amenazantes para crear miedo" y forzarlos a abandonar sus programas, estima la ACLU.
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"Espantajo"
Para Becky Pringle, presidenta de la Asociación Nacional de Educación, las políticas de "DEI" son "el último espantajo de los políticos de extrema derecha y sus aliados".
Por estos "ataques infundados", muchos se sentirán "desalentados" ante la idea de emplear programas de este tipo en la educación, advirtió el lunes en un comunicado.
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La Corte Suprema, con mayoría conservadora, emitió un fallo en 2023 que pone fin a la posibilidad para las universidades de tener en cuenta criterios étnicos en la selección de estudiantes.
Más allá del ámbito educativo o administrativo, la ofensiva se ha extendido a las empresas privadas.
Meta, Amazon, Target, Walmart, McDonald's, Ford o Harley-Davidson, por poner algunos ejemplos, han anunciado recientemente poner fin a sus programas "DEI", en parte o en su totalidad.
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"El panorama jurídico y político en torno a los esfuerzos de diversidad, equidad e inclusión en Estados Unidos está cambiando", explicó Meta a principios de enero en una nota interna.
La empresa matriz de Facebook, WhatsApp e Instagram confirmaba así el giro tomado por su fundador y jefe, Mark Zuckerberg, visto días después en las primeras filas de la ceremonia de investidura de Donald Trump.
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