La policía china investiga a un hombre en Pekín que no respetó la obligación de permanecer en casa y posteriormente dio positivo en una prueba de COVID-19, por lo que miles de vecinos tienen que cumplir ahora una cuarentena.
Estas últimas semanas, Pekín enfrentó su mayor explosión de contagios de COVID-19 desde que empezó la pandemia debido a la variante ómicron. El gobierno ordenó a sus residentes quedarse en casa para tratar de frenar las infecciones.
Las autoridades informaron el domingo que un hombre de unos 40 años llamado Sun había incumplido la orden de aislamiento que se le hizo tras visitar un centro comercial considerado de "alto riesgo".
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"Durante el periodo de aislamiento domiciliario salió muchas veces y paseó por el barrio", dijo el funcionario de seguridad pública de Pekín, Pan Xuhong.
Sun y su mujer dieron positivo en una prueba de COVID-19, por lo que las autoridades confinaron a 5.000 de sus vecinos y enviaron a 250 otros a centros de cuarentena del gobierno.
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Las restricciones por el virus empezaron a suavizarse en Pekín el lunes, con la reapertura de parques, museos y cines, después de que las autoridades declararon que el brote estaba controlado.
China lleva a cabo una estrategia de "COVID cero", que incluye estrictas cuarentenas, pruebas masivas y estrictos confinamientos.
Las personas que infringen las normas se enfrentan a duras sanciones.
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