La policía lanzó gases lacrimógenos contra cientos de manifestantes el lunes en Wisconsin, mientras crecía la ira en Estados Unidos después de que un hombre negro fuera baleado por un oficial blanco, un caso que reaviva las históricas protestas contra el racismo tras la muerte de George Floyd.
Esta es la segunda noche de enfrentamientos en la ciudad de Kenosha (sureste de Wisconsin) después de que el domingo se hiciera público un video en el que se ve cómo un policía dispara por la espalda varias veces a Jacob Blake, de 29 años, ante la mirada de sus tres hijos.
Poco después de que entrara en vigor el toque de queda fijado entre las 20H00 del lunes y las 07H00 del martes, agentes de la policía local equipados con trajes antidisturbios usaron gases lacrimógenos contra los manifestantes, constató un periodista de la AFP.
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A Wisconsin police officer yesterday shot Jacob Blake 7 times in the back. His 3 children were in the car, watching their father being shot.
— Martin Luther King III (@OfficialMLK3) August 24, 2020
This is America.
On August 28th, we will be marching against police brutality in Washington, DC, demanding justice. pic.twitter.com/ibrPD66Y1t
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Los policías respondían al lanzamiento de botellas de agua y de fuegos artificiales por parte de los manifestantes.
Horas antes, cientos de manifestantes gritaban a la cara de los agentes de policía "¡sin justicia no hay paz!" y "di su nombre -- Jacob Blake".
Medios locales informaron el lunes por la tarde que la familia de Blake afirmaba que el estado de salud de la víctima mejoraba tras ser operado en el hospital de Milwaukee, unos 40 km al norte de la ciudad, a donde fue trasladado en avión.
Como ocurrió con George Floyd, el afroestadounidense de 46 años que murió asfixiado el 25 de mayo bajo las rodillas de un policía blanco, el intento de arrestar a Blake fue registrado por un testigo en un video que se volvió viral.
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Las autoridades dijeron que dos policías fueron suspendidos y que se inició una investigación luego de los fuertes disturbios registrados en la noche del domingo, cuando varios vehículos fueron incendiados y hubo destrozos en un juzgado. Antes de un toque de queda impuesto en el condado de Kenosha para preservar el orden público, los residentes clamaban por el fin a la impunidad policial.
"Si matara a alguien, me condenarían y me considerarían una asesina. Creo que debería ser lo mismo para la policía", dijo Sherese Lott, una mujer de 37 años indignada por la brutalidad policial.
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"Quiero que mis hijos vean cómo se produce el cambio y estoy aquí para que nunca les suceda nada como esto", dijo Michelle sin dar su apellido, mientras marchaba junto a su marido Kalvin, y sus hijos de ocho y siete años.
El gobernador de Wisconsin, Tony Evers, dijo que enviaría a 125 miembros de la guardia nacional a la ciudad para mantener el orden el lunes por la noche.
"Debemos estar a la altura de este movimiento y este momento y enfrentarlo con nuestra empatía, nuestra humanidad y un férreo compromiso para interrumpir el ciclo de racismo y prejuicio sistémico que devasta a las familias y comunidades negras", señaló, instando a la población a mantener las manifestaciones pacíficas.
"Crisis de salud pública"
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La policía informó que el tiroteo "que involucró a un oficial" ocurrió al responder a un incidente doméstico, alrededor de las 17H11 del domingo.
El candidato presidencial demócrata, Joe Biden, que le disputará la reelección a Donald Trump el 3 de noviembre, condenó lo ocurrido en un mensaje con la palabra "Basta" sobre fondo negro.
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"Ayer, la policía le disparó siete veces en la espalda a Jacob Blake. Sus hijos observaron desde el automóvil. Hoy nos despertamos con dolor una vez más. Necesitamos una investigación completa y transparente", dijo.
El gobernador Evers, también demócrata, urgió a la Legislatura estatal, controlada por los republicanos, a abordar un paquete de proyectos de ley que presentó a principios de este año con respecto a la policía.
"El racismo es una crisis de salud pública. No hay tiempo que perder", dijo.
Cientos de personas también marcharon el lunes en la ciudad de Nueva York para mostrar su cólera ante lo ocurrido.
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"Traumatizados para siempre"
Ben Crump, el abogado que representa a la familia de Floyd y tomó la defensa de Blake, dijo que éste solo trataba de "desescalar" una discusión entre dos mujeres.
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"Cuando se alejó para ver cómo estaban sus hijos, la policía le disparó varias veces en la espalda a quemarropa", señaló en un comunicado.
"Estarán traumatizados para siempre. No podemos permitir que los oficiales violen su deber de PROTEGERnos. ¡Nuestros niños se merecen algo mejor!", había tuiteado antes.
La policía de Kenosha rechazó las críticas y pidió esperar los resultados de una investigación del Departamento de Justicia de Wisconsin.
"Como siempre, el video que circula actualmente no captura todas las complejidades de un incidente altamente dinámico", dijo Pete Deates, presidente de la Asociación de Policía Profesional de Kenosha.
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La poderosa Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU en inglés) denunció lo sucedido a Blake como "otro acto repugnante de brutalidad policial".
"El hecho de que violencia policial como esta (los asesinatos de Breonna Taylor, George Floyd, Eric Garner y muchos otros) se haya convertido en algo común muestra que la institución misma de la policía estadounidense está podrida en su esencia", señaló ACLU en Twitter.