Un ciudadano canadiense fue detenido tras desatar una situación de emergencia a bordo de un Airbus A320 de Thai Airways. El incidente, que tuvo lugar la noche del miércoles en el aeropuerto de la ciudad tailandesa de Chiang Mai, puso de relieve las crecientes preocupaciones sobre la seguridad y la salud mental en los viajes aéreos.
Un ataque de pánico en el peor momento
Según informes de medios locales, el pasajero, un ingeniero de 40 años, abrió una puerta de emergencia del avión mientras este se dirigía a la pista de despegue con destino a Bangkok. En medio de un ataque de pánico, el individuo comenzó a gritar que alguien quería atacarlo, provocando una reacción inmediata por parte de la tripulación y los demás pasajeros.
La aerolínea, en un comunicado emitido el jueves, aseguró que, gracias a la rápida intervención, todos los ocupantes del vuelo pudieron partir en una salida posterior sin reportar heridos. Sin embargo, el vuelo suspendido y la detención del ciudadano canadiense causaron retrasos en otros vuelos programados desde Chiang Mai, añadiendo estrés a la ya complicada logística aeroportuaria.
Incidentes en aumento: una tendencia preocupante
Este suceso se suma a una serie de incidentes similares ocurridos recientemente. En enero, se reportaron casos preocupantes en el aeropuerto de Toronto, Canadá, y en México, donde pasajeros, en distintos estados de alteración, intentaron abrir puertas de emergencia durante el vuelo o, como en el caso mexicano, uno de ellos llegó a subirse al ala de la aeronave.
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La Policía tailandesa detuvo al ingeniero canadiense, investigando el incidente para determinar las causas detrás de su comportamiento. Este tipo de acciones no solo representan un peligro inmediato para la seguridad de los vuelos, sino que también plantean serias preguntas sobre cómo abordar la salud mental de los pasajeros y la preparación de las tripulaciones para manejar situaciones de crisis.