Estados Unidos consideró el lunes que un eventual embargo internacional al petróleo y el gas ruso debe ser visto "bajo otro prisma" que el resto de las sanciones adoptadas hasta ahora por Washington y sus aliados europeos contra Moscú.
"Lo miraré bajo otro prisma que los anteriores esfuerzos coordinados" para adoptar sanciones contra Rusia tras la invasión de Ucrania, dijo la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, ante la cautela de Alemania a prohibir la importación de crudo y gas rusos.
Psaki insistió durante su conferencia de prensa cotidiana sobre "las circunstancias muy diferentes" que existen para estadounidenses y europeos en materia de hidrocarburos rusos.
Mientras los estadounidenses importan poco petróleo y gas rusos, algunos países europeos, como Alemania, dependen mucho de ese mercado.
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Psaki precisó que el presidente Joe Biden "no tomó ninguna decisión aún" sobre una potencial actuación unilateral de Estados Unidos, en un momento en que parlamentarios demócratas y republicanos preparan un proyecto de embargo sobre las importaciones de petróleo ruso.
La Casa Blanca se ha mostrado cuidadosa de no agrietar más de lo necesario la cohesión casi perfecta mostrada hasta el momento por las occidentales en materia de sanciones económicas contra Rusia, así como de no alimentar la inflación estadounidense, que ya es galopante.
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El tema de los hidrocarburos rusos fue evocada este lunes 7 de marzo, durante una videoconferencia entre Biden, el presidente francés, Emmanuel Macron; el canciller alemán, Olaf Scholz; y el primer ministro británico, Boris Johnson, según informó la Casa Blanca.
Los cuatro dirigentes "afirmaron su determinación a seguir aumentando los costos para Rusia por la invasión de Ucrania, no provocada e injustificada", de acuerdo con el boletín.
El comunicado francés evocó por su parte "su determinación a reforzar las sanciones" contra Rusia y Bielorrusia, mientras que el de los británicos prometió "seguir presionando a Rusia".
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Sin embargo, la declaración publicada en Berlín después de la reunión no mencionó sanciones y se centró en la preocupación por la ayuda humanitaria a las zonas asediadas, de la que también hablaron los dirigentes.
Scholz dijo que las importaciones de energía rusa eran "esenciales" para los europeos, y advirtió que prohibir la importación de petróleo y gas rusos como parte de las sanciones occidentales podría poner en peligro la seguridad energética de Europa.
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Biden se halla bajo una creciente presión de los congresistas estadounidenses para cortar la principal fuente de ingresos del gobierno del presidente ruso, Vladimir Putin.
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