En un comunicado, la vicesecretaria general de la organización, Amina Mohammed, se mostró "profundamente preocupada" por estas medidas y por el impacto que pueden tener en las personas "más vulnerables del mundo".
Mohammed recordó que precisamente la guerra en Ucrania está teniendo graves consecuencias a nivel internacional, con una fuerte subida de los precios de los alimentos y una crisis energética que se suman a los problemas que muchos países tenían ya por la pandemia.
"Este es exactamente el momento que requiere que los países y el sistema de Naciones Unidas respondan a las crecientes necesidades humanitarias y de desarrollo ofreciendo recursos adicionales", señaló la diplomática, que recalcó que "tiempos extraordinarios requieres esfuerzos extraordinarios".
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En las últimas semanas, varios países, incluido Estados Unidos, han redirigido dinero en sus programas de ayuda al desarrollo para pagar su apoyo a Ucrania o para asistir a los millones de refugiados generados por la invasión rusa.
Entre quienes están considerando medidas en esta línea figuran importantes donantes internacionales como Noruega y Suecia.
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"Los recortes al desarrollo y a Naciones Unidas suponen reducir el apoyo en un momento en el que la demanda de asistencia para responder a las crecientes necesidades ha alcanzado un máximo histórico", insistió Mohammed.
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