El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, declaró que no reconoce los resultados de las recientes elecciones presidenciales en Venezuela, las cuales han sido objeto de controversia por dar como ganador a Nicolás Maduro.
En una declaración pública, Lula afirmó que ni Nicolás Maduro ni Edmundo González son reconocidos como ganadores de la contienda electoral.
“Venezuela contaba con un colegio electoral nacional, compuesto por tres miembros del gobierno y dos de la oposición. Este organismo debía emitir su opinión sobre el acta electoral. Sin embargo, Maduro ignoró este colegio y acudió directamente a la Corte Suprema. No cuestiono la legitimidad de la Corte Suprema, pero creo que el proceso debió pasar primero por el colegio electoral creado para este propósito. Por lo tanto, no acepto la victoria de Maduro ni la de la oposición. Y Maduro tiene todo el derecho de no estar de acuerdo”, expresó Lula da Silva.
ÚLTIMA HORA | "No acepto ni la victoria de Maduro ni la de la oposición": Lula sobre el impasse en Venezuela tras las elecciones presidenciales del 28J https://t.co/ttQuTQSf5A pic.twitter.com/fX5YyN1zc6
— AlbertoRodNews (@AlbertoRodNews) August 30, 2024
Maduro enfrenta la izquierda Latinoamericana
La crisis política poselectoral en Venezuela ha provocado efectos en la región, exacerbando tensiones y alterando relaciones entre varios países latinoamericanos. Las fuertes críticas de Nicaragua hacia Colombia y Brasil, así como el anuncio de Honduras de poner fin al acuerdo de extradición con Estados Unidos, destacan entre las repercusiones más notables.
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El resultado oficial de las elecciones presidenciales del 28 de julio, en el que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó a Nicolás Maduro como vencedor, intensificó el conflicto interno y comprometió las relaciones de Venezuela con Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay. En respuesta, el gobierno chavista expulsó a los diplomáticos de estos países, rechazando sus críticas sobre los comicios.
Mientras tanto, aliados cercanos de Maduro, como Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, Gustavo Petro en Colombia y Andrés Manuel López Obrador en México, han intentado mediar en la crisis sin resultados definitivos. Lula, cuyo partido fue uno de los primeros en reconocer el triunfo de Maduro, ha endurecido su postura exigiendo la publicación detallada de los resultados electorales, una demanda que también es respaldada por gran parte de la comunidad internacional.
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Esta postura provocó que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, rompiera relaciones con Brasil, acusando a Lula de ser uno de los líderes regionales con una "reacción brutal" y "cobarde". Ortega también criticó a Petro, sugiriendo que competía con Lula por el liderazgo en representación de los intereses estadounidenses en América Latina.
Fernando Pedrosa, profesor e investigador de la Universidad de Buenos Aires, señala que Brasil enfrenta un dilema complicado, ya que, a pesar de su presión sobre Venezuela, Maduro ha amenazado con iniciar un conflicto armado en el Esequibo, un territorio disputado con Guyana, que Brasil ha intentado mediar.
La polarización en América Latina actualmente se centra más en autoritarismo versus democracia que en divisiones tradicionales entre izquierda y derecha. Juanita Goebertus Estrada, directora de la División de las Américas de Human Rights Watch (HRW), destaca que las lealtades políticas de los países en la región están en juego, y las diferencias nacionales influyen en sus posturas.
Mientras líderes como Gabriel Boric en Chile y los presidentes Lula, AMLO y Petro buscan un rol positivo en la región, la situación en Venezuela sigue siendo un tema de debate intenso en la Organización de Estados Americanos (OEA) y otros foros internacionales, donde las divisiones sobre cómo abordar la crisis son evidentes.
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