Un bus, un carro alquilado con sus cosas, una caja en una mano, en la otra dos hijos. Llegar a la frontera, pasar por uno de los puentes o por las trochas y tomar otro bus hasta la ciudad de destino. Comenzar de cero, expulsados por la situación económica y social de Venezuela. Una imagen que se ha repetido, no miles, sino millones de veces en estos años.
Son por lo menos 2.454.528 migrantes venezolanos registrados en Colombia, según el Dane. Cerca de 720.000 podrían estar de forma irregular o han llegado al país en esa condición. Además, una parte importante de ellos ha tenido que sufrir la discriminación oculta y xenofobia que no se ha dado en Colombia de forma tan abierta como en países de Europa. Sin embargo, eso no borra esta realidad.
Miriam, quien ha pedido cambiar su nombre por medio a represalias, le contó a Blu Radio que terminó siendo explotada en su trabajo como cuidadora de una persona enferma, incluso fue encerrada por tres meses seguidos y maltratada por sus jefes.
“Todo era unos gritos, no me dejaban salir, yo estuve como tres meses en la casa porque ellos eran los que hacían las compras y estábamos en COVID. Aunque me pagaban mejor los fines de semana, a mí no me dejaban salir, estuve alls metida en ese apartamento siempre. Los últimos meses al señor no le daba pena y salía frente a mi en ropa íntima”, señala Miriam.
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No existía, en su caso, ningún tipo de respeto por horarios de descanso, “hubo una noche que no dormí ni 10 minutos porque la persona a la que cuidaba tenía problemas de salud, todo el día trabajando. Nunca me dio servicio de salud, aporte a pensiones, me pagaba el salario mínimo sin auxilio de transporte y tenía que quedarme los fines de semana y festivos porque ellos tenían que salir”.
Cuenta incluso que un día tuvo que lavar un baño cerrado con un jabón muy fuerte que le afectó la respiración y cuando le dijo al hijo de su jefe, este la gritó y le dijo que “no servía para nada" que llamó a los amigos y les decía "está venezolana no sirve para nada”. Un testimonio que cuenta en tono pausado y con la evidente tristeza del maltrato.
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Son varios los testimonios que ha conocido Blu Radio similares a los de Miriam y ha sido un trabajo de meses recolectando cifras oficiales, casos, voces de expertos e investigaciones para develar la tortura que han sufrido muchos migrantes en su día a día.
Yeniré Torres, por otra parte, lleva viviendo cerca de 3 años en Bogotá y está dedicada a la venta ambulante de café. Cuenta que inició su trabajo de forma normal hasta que compró un nuevo carro para sus ventas. Momento en el cual una vendedora colombiana la publicó en redes advirtiendo que ella “venían a quítales el trabajo”.
“Empezaron los problemas, la señora que estaba a mi lado hizo una publicación en un grupo de Facebook donde decía que yo era una venezolana recién llegada que venía a quitarles el pan, de la cual yo hice la primera denuncia ya que levantó mucha xenofobia, había comentarios negativos y positivos pero yo sentí miedo porque, por ejemplo, uno de los comentarios decía: gasolina y fósforos para esos venecos”, detalla Yeniré quien dice que presentó la denuncia.
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“Hubo más problemas después de las denuncias. Sobre todo han sido dos las personas que me han atacado, me gritan que me devuelva a mi país, la última vez que me agredieron fue hace poco más de un mes”, advirtió.
Señala que incluso hay un señor encargado de atacarla que le volteó un carro de artesanías con el que ella trabaja y todo lo ha documentado desde el año 2021 cuando empezaron los ataques, “yo con videos he demostrado todo lo que ha pasado para poder mostrárselo a las autoridades, aunque en la Fiscalía no me han querido escuchar”.
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