El anuncio de que Donald Trump padece el COVID-19 provocó una onda expansiva en Estados Unidos. Sin embargo, está lejos de ser el primer presidente del país en sufrir enfermedades graves durante su mandato.
A continuación, una relación de los casos de jefes de Estado estadounidenses que han experimentado una enfermedad o murieron en el curso de su gestión.
La neumonia de George Washington
En 1790, el primer presidente de Estados Unidos, George Washington, contrajo una gripe que rápidamente se convirtió en neumonia, poniendo en peligro el destino de la joven nación.
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Las calles cercanas a la residencia presidencial, luego instalada en Nueva York, la capital de 1785 a 1790, fueron bloqueadas al tráfico y cubiertas de heno para amortiguar el ruido y facilitar el descanso del líder, recuerda el Washington Post.
"Abrumado por jadeos, (George) Washington emitió extraños gorgoteos que fueron interpretados como una queja", relata Ron Chernow en la biografía "Washington, A Life".
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A pesar de ello, sobrevivió.
Con la gestión más corta en la historia de Estados Unidos, 32 días, William Henry Harrison también fue afectado por neumonía en 1841. No escapó y se convirtió en el primer presidente en morir durante su período de gobierno.
El tumor secreto de Cleveland
En 1893, pocos meses después del inicio de su segundo mandato, el presidente Grover Cleveland participó en una operación digna de una película de espías para ocultar su cáncer de paladar al público en general.
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El jefe de Estado fingió ir a pescar durante cuatro días en el mar cuando en realidad le estaban extirpando el tumor.
En un yate que flotaba cerca de la costa de Nueva York, los cirujanos le extrajeron tejido canceroso, cinco dientes y parte de la mandíbula.
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El presidente intentaba que el pánico no cundiera en Wall Street cuando Estados Unidos ya atravesaba una grave crisis económica. Lo hizo escondiendo las secuelas de su operación debajo de su gran bigote.
Wilson y la gripe española
Antes de Donald Trump, Woodrow Wilson se infectó con un virus letal que provocó una pandemia mundial: la de la gripe española.
El presidente estadounidense se contagió en París en abril de 1919 mientras negociaba el Tratado de Versalles que puso fin a la Primera Guerra Mundial.
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Con tos, fiebre, fatiga y confusión mental, Woodrow Wilson estuvo "gravemente enfermo", según notas confidenciales de su médico.
Su administración buscó ocultar su estado de salud por todos los medios, atribuyendo su enfermedad a un exceso de trabajo y a un simple resfriado debido a la lluvia parisina.
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Asesinatos en serie
En la capital, los estadounidenses pueden visitar la Casa Peterson, donde murió Abraham Lincoln después de recibir un disparo en la cabeza en 1865 en el Teatro Ford.
En total, cuatro presidentes estadounidenses fueron asesinados durante su mandato, todos ellos a tiros.
James Garfield recibió dos disparos en la espalda en 1881 y murió dos meses después de una infección relacionada con sus heridas.
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William McKinley fue asesinado a balazos por un anarquista en 1901, mientras que John F. Kennedy fue acribillado en 1963 mientras desfilaba por Dallas en una limusina descapotable.
Indigestión fatal
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En 1850, Zachary Taylor asistió a una ceremonia de colocación de las primeras piedras del Monumento a Washington.
Luego comió cerezas, manzanas y frutos del bosque; todo ello acompañado de gran cantidad de agua y leche helada.
Una hora después, Taylor sufría violentos calambres, según el historiador y biógrafo Holman Hamilton.
Murió unos días después, sin que se determinara la razón exacta de su fallecimiento, a pesar de que los científicos desestimaron la tesis del envenenamiento.
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Ataques cardíacos
Dwight Eisenhower sufrió un derrame cerebral en medio de una reunión en la Casa Blanca en 1957, que lo dejó parcialmente afásico.
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Un ataque cardíaco mató al 29 presidente de Estados Unidos, Warren Harding, en 1923, mientras que una hemorragia cerebral masiva condenó a Franklin D. Roosevelt en 1945.
Tras luchar contra la gripe española, el presidente Wilson sufrió un derrame cerebral unos meses después, en octubre de 1919. Una vez más, la ley del secreto se impuso y su esposa Edith se hizo cargo del poder en las sombras hasta el final de su mandato, en 1921, cuando el mandatario murió.