Los talleres clandestinos en algunas casas de Europa que tienen una impresora 3D, aumentan la fabricación de armas de fuego que son difíciles de rastrear
Los crecientes casos del porte de armas 3D preocupan a las autoridades de Europa, ya que se están fabricado fusiles y pistolas para atacar a la ciudadanía o a las entidades
El pasado 22 de septiembre, en Islandia se conoció la detención de cuatro sospechosos que querían atacar las instituciones del Estado con tres armas semiautomáticas impresas
Unos días antes, la guardia civil en España descubrió una fábrica clandestina de un hombre de 51 años, en donde se imprimían estas armas. El sujetó fue rastreado tras realizar una transacción a precursores de explosivos, a través de una plataforma en línea
En el allanamiento se le incautaron dos impresoras 3D de última generación, armas listas para su uso, artefactos explosivos, tres kilos de pólvora, entre otros objetos
Aunque esta modalidad no es nueva, a los agentes de la Europol les preocupa que el rápido avance de la tecnología se convierta en una amenaza en el futuro
En menor medida, los extremistas consideran las armas impresas como un opción cada vez más viable, sobre todo en territorios como Europa o Canadá, donde la adquisición de armas de fuego es ilegal o supeditada a permisos, según los expertos
Lo fabricadores indican que están hechas en un 80 % de plástico y el otro 20 %, son objetos que se pueden conseguir en ferreterías y están exentos de prohibiciones
Aunque por el momento las armas 3D están hechas en plástico, en los próximos 10 años se podría volver accesible la impresión 3D metálica, generando piezas más resistentes
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