Pedro Pablo Kuczynski abandonó la Presidencia de Perú este martes en medio de una debilidad política y la pérdida de credibilidad que había tenido tras darse a conocer varios escándalos que lo involucraron en los últimos meses.
La supuesta compra de votos a parlamentarios en diciembre para no ser destituido en el Congreso por su presunta vinculación con la polémica firma brasileña Odebrecht fue uno de los hechos que marcó el período de Kuczynski.
Para el analista internacional Fernando Cvitanic, el gobierno del mandatario peruano empezó a fracturase cuando gran parte del fujimorismo se le unió, lo cual despertó sospecha.
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“El hecho que haya sido tan generoso con Alberto Fujimori, su enemigo político, dejándolo abandonar la cárcel, fue una gran decepción para el electorado que votó por él”, agregó Cvitanic.
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Ese discurso anticorrupción con el que llegó al Palacio de Gobierno el 28 de julio de 2016 se fue al piso cuando, recientemente, se conoció que empresas suyas tuvieron contacto con Odebrecht.
Ser un país moderno significa ser un país honesto y no corrupto.
— PedroPablo Kuczynski (@ppkamigo) July 28, 2016
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“Lo dejó muy debilitado porque muchos que votaron por él se sintieron traicionados. Los últimos presidentes de Perú han estado involucrados en temas de soborno y él llegó como el padrino de la justicia”, dijo.
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Lo que sigue en el panorama político en Perú es que el Congreso apruebe la renuncia de Kuczynski, y de ser aceptada, el vicepresidente Martín Vizcarra asumiría el cargo y las elecciones para el nuevo mandatario se llevarían a cabo en 2021.