La basílica de la Sagrada Familia de Barcelona celebró este domingo la conclusión de las cuatro torres de los evangelistas, con la iluminación y bendición de estas estructuras tras las que el famoso templo enfila la recta final de su construcción, iniciada hace más de 140 años.
Para celebrarlo, el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, bendijo al anochecer estas estructuras de 135 metros de altura situadas en la parte central de la basílica que, posteriormente, iluminaron por primera vez sus terminales.
Las dos últimas de estas torres, las dedicadas a los evangelistas Mateo y Juan, se culminaron a finales de septiembre, con la instalación de las enormes figuras blancas en forma de busto humano y de águila que las coronan respectivamente.
Las otras dos, consagradas a los evangelistas Lucas y Marcos, y con remates en forma de toro y león, ya se completaron el año pasado.
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El templo diseñado por el arquitecto catalán Antoni Gaudí culmina así el conjunto dedicado a los evangelistas, que serán las terceras torres más altas del templo cuando esté finalizado, y deja listas 13 de las 18 torres que tendrá en total la basílica.
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