Todas la mañana en el barrio La Pintana de Santiago de Chile, considerado uno de los más pobres de la ciudad, los camiones de basura recogen las cáscaras de papas, aguacates y naranjas

Los desechos orgánicos son clasificados por los habitantes en bolsas o tarros que cuelgan de las puertas y árboles del barrio, para que los recolectores lo conviertan compostaje, convirtiendo a La Pintana en un ejemplo de reciclaje

En promedio, los habitantes producen 1.13 kilos de basuras diarias por personas, de los cuales, el 50 % representarán los desechos de los vegetales y sólo el 0.8 % se recicla

Al finalizar la recolección, los trabajadores depositan las cáscaras en plantas de floricultura y compostaje, en donde se crean los fertilizantes que se usan en el vivero municipal

En el vivero, levantado en un antiguo basural, cada año se producen 100.000 plantas de 400 especies distintas, estas son plantadas en las zonas verdes del barrio, generando un cambio en el sector

"Este trabajo nos da riqueza, nos da alegría. La comuna se está arreglando con los jardines",

dice a AFP Jeannette González, una funcionaria municipal, luego de plantar varias flores cerca de un edificio deportivo comunal

Según el Banco Mundial, Chile es el país que ostenta las cifras más altas en la generación de basuras en Sudamérica

Gracias a la iniciativa, La Pintana recicla aproximadamente 20 toneladas diarias y se ahorra 100.000 dólares al año, dinero que es invertido en la comunidad

Con el proyecto, algunos reclusos ven una segunda oportunidad para hacer su servicio social, pues más de la mitad de la quincena de los trabajadores son presos que cuidan del vivero

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