El 1 de mayo de 2011 era domingo y la noticia del momento era el abandono de la capital libia de los funcionarios de la ONU tras recibir varios ataques por partidarios de Muammar el Gadaffi. Cuando la noche comenzaba a caer la casa blanca anunció una comparecencia del presidente Barack Obama para dar cuenta de un acontecimiento de importancia mundial.
En la cadena CNN el periodista Wolf Blitzer se apresuró a advertir a los espectadores que lo que venía nada tenía que ver con Libia. Apenas diez minutos más tarde el propio Blitzer dio paso a John King, el corresponsal nacional jefe de la cadena quién hizo el primer anuncio, Estados Unidos tenía el cuerpo de Osama bin Laden sin aportar muchos más datos en ese momento.
Minutos más tarde el presidente Obama desde la Casa Blanca confirmaba que tropas estadounidenses habían acabado con la vida de Osama Bin Laden en Pakistán diez años después de los atentados de Nueva York el 11 de septiembre de 2001. Obama también confirmó que ningún americano había sido herido durante ese asalto.
La operación había comenzado horas antes cuando 23 miembros del grupo 6 de los SEAL de la armada se subieron a dos helicópteros Black Hawk modificados con los que tomaron tierra en Abbottabad una localidad a 120 kilómetros al norte de islamabad su objetivo era una casa de tres plantas rodeada de muros de hasta cinco metros de altura donde suponían que se encontraba Osama Bin Laden.
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En uno de esos helicópteros viajaba el miembro de las fuerzas especiales Robert O’neill quién narró su experiencia en un libro titulado “El operador”. El asalto empezó por la planta baja y una vez despejada encontraron una puerta con una barricada lo que les hizo pensar que alguien se escondía en aquella casa.
O’neill y todo su equipo sabían que el objetivo principal del asalto era Bin Laden pero no tenían la certeza completa sobre su presencia en la casa sin embargo sus dudas empezaron a disiparse unos segundos más tarde cuando abatieron a Khalid, uno de los hijos de Bin Laden mientras trataba de abrir fuego contra el comando de asalto.
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Una vez despejado el segundo piso los soldados se encaminan a la tercera y última altura, superadas las escaleras el SEAL que precedía a O’Neill observó a dos mujeres y sin pensarlo dos veces se lanzó sobre ellas para amortiguar con su cuerpo una posible explosión que finalmente nunca se produjo. En ese momento O’Neill se adentró en una habitación donde se encontró frente a frente con Osama Bin Laden parapetado tras una mujer y armado. El soldado estadounidense ante la actitud amenazante del saudí dispara dos veces a su cabeza y una tercera en el pecho una vez había caído al suelo.
El cuerpo de Bin Laden y material informático es lo único que los SEALS sacaron de aquella casa apenas 40 minutos después del inicio del operativo. Una vez confirmada la identidad el cuerpo de Bin Laden fue trasladado al portaaviones USS Carl Vinson donde tras una breve ceremonia religiosa el cuerpo fue lanzado en un punto no precisado del mar.
Escuche este informe especial de Enrique Rodríguez Coello:
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