En Afganistán, las hermanas Hasina y Adila, de 18 y 16 años, luchan contra las restricciones impuestas por los talibanes, quienes han prohibido que las niñas vayan a la escuelas
A pesar de su esperanza, los fundamentalistas continúan imponiendo restricciones que violan los derechos y libertades de las mujeres
El sueño de Hasina de ser maestra se truncó cuando los talibanes retomaron el poder, eliminando dos décadas de progreso educativo
Las medidas regresivas incluyen permitir que los varones vuelvan a la educación secundaria, excluyendo a las mujeres hasta que se adapten a la ley islámica
La educación universitaria también se vio afectada, y se agregaron restricciones como la segregación de género y la prohibición de trabajar en ONG
Las hermanas comenzaron a trabajar en un salón de belleza, pero incluso eso fue cerrado recientemente. Viviendo en Kabul, Hasina, Adila y su madre Sakina enfrentan un futuro sombrío bajo el régimen talibán
A medida que los talibanes regresaron al poder, las niñas y mujeres han perdido oportunidades educativas y laborales
Aunque antes constituían un porcentaje significativo de estudiantes y empleados gubernamentales, ahora solo un pequeño grupo de mujeres puede trabajar en la administración fundamentalista segregada por género
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