Las marchas que se desarrollan en Venezuela desde hace cinco semanas han dejado miles de heridos y grandes secuelas en el pueblo venezolano. En la marcha que se realizó el pasado 3 de mayo una de las víctimas mortales fue el joven violinista Armando Cañizales, hecho que conmovió a Gustavo Dudamel, Rubén Blades y cientos de personas en todo el mundo.
Blades publicó una conmovedora carta en la que hace alusión a la crítica situación que se vive en el vecino país.
En el texto Blades hace referencia a que “Ahora en Venezuela reprimen y matan a violistas”, y que pese a no haber conocido a Cañizales, lamenta su muerte.
Publicidad
Lea la carta completa a continuación:
Publicidad
Ahora en Venezuela reprimen y matan a violistas.
Armando Cañizales no perteneció a grupos aún adinerados, ni de la derecha.
Publicidad
Tampoco dio su apoyo a los extremos de la izquierda gubernamental que invoca consignas a favor del pueblo, apoyadas en una ideología desacreditada por la realidad y desahuciada por los pueblos.
No creo que conocí a ese muchacho, asesinado por la intolerancia y la tozudez de un presidente empeñado en gobernar a un país que no lo quiere. Pero su vida y la mía probablemente compartieron los mismos antecedentes. Nacido en el sector popular, hijo de padres que mueren sin tener vacaciones, se debe haber hecho un camino a punta de fe personal y de esperanzas, confirmadas y compartidas. Como músico, definitivamente, su vocación fue una constante consulta con los mejores ángeles y sentimientos que residen en el ser humano.
Publicidad
No me sorprendería que me haya acompañado en alguna de mis visitas a Venezuela, como audiencia, o como parte de la orquesta en tarima. Es posible que hayamos conversado brevemente, o que nos hayamos tomado una foto. No lo recuerdo específicamente. No poseo la capacidad que permite a la memoria almacenar eventos más allá de una específica cantidad de años.
Y a pesar de eso, Armando Cañizales me resulta tan familiar como cualquiera de los compañeros músicos y amigos con los cuales aún comparto la vida. Por eso siento que con su asesinato nos han tratado de matar a todos. Y sé que su muerte, en vez de asustar, provoca sentimientos de solidaridad, de afecto, de fuerza. Esa foto que vi hoy, de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Venezuela, tocando el himno del país en su funeral, claramente lo demuestra.
Publicidad
A su familia, seres queridos y amigos nuestro pésame, el cual extendemos a todos los que han perdido la vida en Venezuela, independiente de sus opiniones políticas.
El gobierno Venezolano podrá pretender distraer al mundo con propuestas incoherentes, como la de convocar a una Constituyente mientras simultáneamente desconoce la realidad y validez de un órgano legislativo vigente, constitucionalmente protegido y producto de la voluntad popular ejercida a través del libre voto bajo un proceso democrático.
Publicidad
Creo que Armando coincidiría conmigo: las bayonetas sirven para todo, menos para sentarse en ellas. El país ya no soporta este desgobierno que propicia el caos, el odio y la polarización.
Hoy el mundo se solidariza con Armando.
Publicidad
Hoy con su innecesaria muerte, quizás Armando haya escrito la mejor de las melodías que como músico siempre procuro ofrecer en vida. La de un venezolano que cree en su país y que aún confía en la posibilidad redentora del mañana.