Este 6 de enero, el líder de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), Kim Jong-un, supervisó con éxito el lanzamiento de un nuevo misil balístico hipersónico de alcance intermedio, un paso importante en el desarrollo de las capacidades militares de su país. Esta prueba, según el medio estatal KCNA, forma parte de los esfuerzos de la RPDC para fortalecer su capacidad de disuasión estratégica en un contexto de creciente incertidumbre en la seguridad regional.
El objetivo de este nuevo sistema de armas es, según Kim Jong-un, garantizar la autodefensa del país en lugar de tener fines ofensivos. Durante su intervención, destacó que "pocos países en el mundo poseen un sistema de armas de este tipo", y subrayó que el misil tiene la capacidad de vulnerar barreras defensivas densas, permitiendo un ataque serio a un posible rival. Además, afirmó que este lanzamiento muestra que la RPDC está "totalmente dispuesta" a emplear cualquier medio necesario para defender sus intereses legítimos.
El misil, que fue lanzado desde un campo en las afueras de Pionyang, alcanzó su primer pico a 99,8 kilómetros de altura y un segundo pico de 42,5 kilómetros durante su vuelo de 1.500 kilómetros. Su velocidad, equivalente a doce veces la velocidad del sonido, lo hizo un objetivo extremadamente difícil de interceptar, y aterrizó con precisión en un área designada en mar abierto. A pesar de la naturaleza avanzada del misil, las autoridades norcoreanas aseguraron que el lanzamiento no representó ningún peligro para la seguridad de los países cercanos.
Este avance en tecnología armamentista refleja la creciente tensión en la región, donde la RPDC ha mostrado en diversas ocasiones su interés por reforzar sus capacidades defensivas frente a lo que considera amenazas externas. Aunque Kim Jong-un aseguró que la prueba no tiene fines agresivos, este tipo de desarrollos tecnológicos suele generar preocupaciones a nivel internacional, especialmente entre sus vecinos como Corea del Sur y Japón, así como entre las potencias occidentales.
El nuevo misil balístico hipersónico también destaca por su capacidad para viajar a velocidades extremadamente altas, lo que complica las defensas tradicionales basadas en sistemas de interceptación. Aunque la RPDC ha insistido en que su programa militar es de naturaleza defensiva, las pruebas como la de este misil continúan siendo vistas con recelo por la comunidad internacional, que teme un aumento en la militarización de la región y nuevas escaladas en las tensiones geopolíticas.