En febrero de 2024, Estados Unidos fue testigo de un juicio histórico que involucraba a Jennifer Crumbley, una madre acusada de cuatro cargos de homicidio involuntario en relación con el tiroteo masivo perpetrado por su hijo en el Instituto Oxford de Michigan en 2021. Este caso, que ha generado amplia atención mediática, pone de manifiesto la cuestión de la responsabilidad parental y la negligencia en el acceso a armas de fuego.
Los hechos
El trágico incidente tuvo lugar el 30 de noviembre de 2021, cuando el joven Ethan Crumbley, que en ese momento tenía 15 años, abrió fuego en el Instituto Oxford, dejando cuatro estudiantes muertos y varios heridos. Ethan fue posteriormente condenado por múltiples cargos, incluyendo asesinato y terrorismo, y fue sentenciado a cadena perpetua sin libertad condicional.
La Fiscalía argumentó que Jennifer Crumbley fue culpable de negligencia grave al proporcionar un arma de fuego a su hijo en lugar de buscarle el tratamiento adecuado para sus problemas mentales. Alegaron que Jennifer sabía de las luchas emocionales de su hijo, que incluían alucinaciones con fantasmas, y que nunca tomó en serio sus pedidos de ayuda. Los testimonios de personas que conocían a la madre y empleados de la escuela respaldaron estas afirmaciones.
La defensa
Por su parte, la defensa argumentó que la responsabilidad no recae en Jennifer, sino en la escuela por no notificar adecuadamente los problemas de comportamiento de Ethan. También afirmaron que Ethan había planeado y llevado a cabo el ataque por su cuenta, desvinculando así a la madre de cualquier responsabilidad directa en el tiroteo. Además, señalaron al padre de Ethan, James Crumbley, quien enfrentaba un juicio separado por no asegurar adecuadamente el arma de fuego que fue un regalo para su hijo.
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El regalo del arma
La Fiscalía también destacó el regalo del arma de fuego por parte de los padres a Ethan como motivo de acusación. Videos en redes sociales mostraban a madre e hijo probando el arma en un campo de tiro días antes del tiroteo, lo que según la acusación demostraba su conocimiento y complicidad en la posesión del arma.
La reunión en el instituto
Otro punto relevante fue la inacción de Jennifer Crumbley durante una reunión en el instituto el mismo día del tiroteo. Durante dicha reunión, se recomendó a los padres que Ethan recibiera tratamiento por sus problemas de salud mental después de que se encontrara un dibujo perturbador hecho por él. El dibujo mostraba una pistola y una persona sangrando, lo que generó preocupación entre los profesores.
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El juicio de Jennifer Crumbley es un caso que ha generado un intenso debate sobre la responsabilidad de los padres en casos de tiroteos masivos y el acceso a armas de fuego por parte de menores con problemas mentales. Las argumentaciones de la acusación y la defensa han planteado cuestiones fundamentales sobre quién es responsable en situaciones tan trágicas como esta. La decisión final del jurado será crucial y marcará un precedente importante en la jurisprudencia del país.