El generoso dueño del suertudo perro fue Bill Dorris, un exitoso empresario que no estaba casado y falleció a finales de 2020 y quien decidió dejarle una millonaria herencia de 5 millones de dólares a su mascota, así lo indicó la cuidadora de Lulu, Martha Burton.
Bill sentía un gran amor por su compañero perruno y en su testamento dejó claro sus deseos de que se dejara el dinero en un fideicomiso para el cuidado del perro y autorizó que se reembolse a Martha Burton una cantidad por gastos mensuales razonables en ese sentido.
Burton declaró también que ella era amiga de Bill y solía cuidar a Lulu cuando él iba de viaje. Expresó que no sabe si podría gastar esa cantidad de dinero en el perro. “Bueno, me gustaría intentarlo”, afirmó sonriendo.