En Piura, Perú, la población lucha contra la pobreza extrema agravada por el fenómeno de El Niño, que ha provocado escasez, especialmente en el norte del país
Marina, una residente local, sirve raciones de lentejas y arroz en cuencos de hojalata, alimentando a familias enteras en medio de condiciones precarias. Estas comidas son posibles gracias a la autogestión de comunidades que se preparan para futuros eventos climáticos
En el asentamiento humano Ampliación de Nuevo San Vicente, en Piura, la falta de agua, electricidad y calles sin asfaltar convierte las lluvias en un desafío aún mayor
Comunidades como la "Bendición de Dios" se organizan para garantizar que cada familia reciba su comida diaria. Cada madre aporta un sol (0,26 dólares) para comprar leña y agua, elementos esenciales para cocinar y sobrevivir
Estas iniciativas de reparto de comidas, populares durante la pandemia, han resurgido en zonas afectadas por las lluvias de El Niño Costero de febrero a abril. Las intensas precipitaciones destruyeron viviendas, afectaron a la agricultura y aumentaron los precios de los alimentos básicos
Personas como Karoline dependen de estas comidas comunitarias, ya que muchas familias carecen de ingresos y apoyo
Para ver más haga clic en el siguiente botón