El presidente del episcopado polaco, el arzobispo Stanisław Gądecki, pidió a "todas las personas de buena voluntad" que no permitan que se destruya el legado de Juan Pablo II en medio de las acusaciones de encubrimiento de abuso sexual.
En un comunicado, el arzobispo pidió a los polacos que recuerden la bendición que la Providencia les entregó y no hagan caso de las voces que buscan desacreditar al papa sin conocer el contexto.
El arzobispo Gądecki asegura que la Iglesia ha hecho un esfuerzo importante para establecer estructuras y desarrollar procedimientos que garanticen la seguridad de los niños y jóvenes, para castigar adecuadamente a los culpables de delitos sexuales y, sobre todo, para ayudar a las víctimas.
En relación a los informes de la policía polaca de los tiempos comunistas que señalan a varios sacerdotes como autores de delitos sexuales contra menores y a los que Juan Pablo II encubrió, el arzobispo aduce que ser pastor de la Iglesia en los tiempos en que Polonia formaba parte del bloque soviético significaba afrontar desafíos difíciles.
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"También se debe tener en cuenta que en ese momento, no solo en Polonia, había leyes diferentes a las de hoy, y que la conciencia social y las formas de resolver problemas eran diferentes", agrega el arzobispo en su comunicado.
El arzobispo de Cracovia, Marek Jędraszewski, comparó las acusaciones contra Juan Pablo II con el intento de asesinato que el pontífice sufrió en 1981 y relacionó los casos de pederastia con "una campaña para destruir la memoria de Juan Pablo II" por haber "luchado contra los defensores del aborto, la ideología de género y la eutanasia".
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El Gobierno polaco ha anunciado que se presentará al Parlamento una resolución para "defender el buen nombre de Juan Pablo II".