Hachiko, conocido como el ‘perro fiel’, vivió en Japón desde 1923 hasta su muerte en 1935
Hidesaburo Ueno encontró al perrito cuando apenas era un cachorro y pronto se adueñó de su corazón, por lo que decidió adoptarlo en 1924
Todas las mañanas acompañaba a su dueño, un profesor de la Universidad de Tokio, a que cogiera la ruta que lo llevaba a su lugar de trabajo
Como no podía ir con él, se quedaba toda la jornada esperándolo en la estación hasta que regresaba en las tardes
Los comerciantes y los pasajeros que frecuentan el sitio siempre lo veían con admiración por la devoción que le tenía a su amo
El 21 de mayo de 1925 Hidesaburo murió por una hemorragia cerebral, pero la lealtad de Hachiko hacia su dueño no se fue con él
Desde ese día el perro llegaba cada mañana a la estación y pasaba todo el día esperando a que su dueño llegara por él
La gente al ver la fidelidad de Hachiko comenzó a cuidarlo y a alimentarlo, hasta que se hizo conocido en toda la región
Tanta fue su fama que, en 1934, un año antes de su fallecimiento, se inauguró una estatua en su honor, estando él en medio de los asistentes
El ‘fiel amigo’ murió por una infección parasitaria y un cáncer, en la estación de trenes de Shibuya esperando a su dueño que nunca llegó
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