
La desaparición y muerte del pequeño Émile Soleil, de apenas dos años, ha tomado un giro dramático con la reciente detención de sus abuelos maternos y otros dos familiares bajo la acusación de homicidio voluntario y ocultación de cadáver, en un caso que mantiene en vilo a Francia .
El niño desapareció en julio de 2023 en el pueblo alpino de Haut-Vernet mientras estaba al cuidado de sus abuelos, Anne y Philippe Vedovini. Nueve meses después, una senderista encontró su cráneo, y posteriores pesquisas policiales hallaron más restos óseos y prendas de vestir del menor.
Philippe Vedovini, de 59 años, osteópata de profesión, ya había estado en el ojo de la justicia. En los años 90 fue investigado por violencia y agresiones sexuales en un internado religioso donde ejercía como líder scout. Según testimonios recogidos por la prensa francesa, varios exalumnos denunciaron haber sufrido brutales castigos físicos bajo su supervisión.

Los Vedovini son descritos como una familia ultracatólica y aislada que vivía "casi en autarquía", según declaró el alcalde de La Bouilladisse, su localidad de residencia. Con diez hijos educados en casa, los abuelos asistían regularmente a misas tradicionales en latín, lengua en la que incluso se celebró el funeral de Émile.
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El padre del niño, Colomban, forma parte del movimiento "Cristianismo-Solidaridad", una organización que promueve valores conservadores bajo el lema "Dios, Familia, Patria".
Mientras la abogada de Philippe Vedovini asegura que su cliente "colabora plenamente" con la investigación, las autoridades continúan analizando evidencias encontradas en su domicilio, incluido un vehículo y un remolque para caballos.
Los otros dos detenidos son un tío de 18 años, practicante de judo, y una tía universitaria. El caso, que ha conmocionado a Francia, sigue planteando interrogantes sobre qué pudo ocurrir realmente en el seno de esta peculiar familia.