La familia del futbolista argentino Ángel di María recibió en las primeras horas del lunes un mensaje amenazante en su vivienda cerca de Rosario, su ciudad de origen, que en las últimas semanas ha experimentado un aumento en la violencia relacionada con el tráfico de drogas.
Los familiares del jugador del Benfica estaban en una urbanización en Funes (provincia de Santa Fe), cuando alrededor de las 2:30 de la madrugada un vehículo dejó un mensaje de amenaza.
Aunque las autoridades de Rosario consultadas por EFE no compartieron el contenido del mensaje para no generar más "conmoción social", algunos medios locales revelaron un texto en el cual se amenazaba con matar a "un familiar" del futbolista.
Di María está actualmente concentrado con la selección de Argentina para participar en partidos amistosos en Estados Unidos; en el último juego, contra El Salvador, donde fue capitán por la ausencia de Lionel Messi, contribuyó a la victoria de 3-0 con una asistencia para el primer gol.
Publicidad
Con esto, Di María aumentó su prestigio con la selección, superando a Diego Maradona como el segundo mayor asistente del equipo nacional, solo detrás de Messi. Curiosamente, Messi también ha enfrentado situaciones donde su familia recibió amenazas, específicamente en marzo de 2023 cuando familiares de su esposa Antonela Roccuzzo fueron amenazados.
Ante el aumento de crímenes relacionados con el narcotráfico, incluyendo el asesinato aleatorio de cuatro personas, el Gobierno argentino decidió desplegar fuerzas federales para trabajar junto con la Policía provincial y local, además de incorporar personal militar para apoyo logístico.
Publicidad
"Hay un compromiso inclaudicable de luchar contra el narcotráfico", afirmó el ministro de Defensa, Luis Petri, al anunciar el operativo en Rosario.
El Club Atlético Rosario Central, donde Di María comenzó su carrera profesional en 2005, condenó las amenazas contra el jugador.
El club expresó su rechazo a este tipo de violencia, señalando que perjudica tanto la economía como el éxito deportivo de los equipos. Afirmaron que es inaceptable intimidar o atacar a los futbolistas y a sus familias, quienes son figuras centrales en los eventos deportivos, y rechazaron cualquier forma de violencia contra miembros de la comunidad futbolística.