El expresidente de Perú Alberto Fujimori murió a los 86 años de edad luego de sufrir una serie de problemas cardíacos y respiratorios recurrentes. A pesar de su avanzada edad y reciente operación de cadera, Fujimori había expresado su firme decisión de postularse nuevamente a la presidencia de Perú en las elecciones generales de 2026.
Fujimori, quien sufrió una caída en julio que le provocó la fractura del fémur proximal izquierdo, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente para colocarle una cadera de titanio.
El exmandatario peruano salió en diciembre de 2023 de la cárcel de Lima en la que cumplía 25 años de cárcel. Los motivos: crímenes de lesa humanidad por dos matanzas cometidas en Lima por el grupo militar encubierto Colina y el secuestro de un periodista y un empresario tras el “autogolpe” que dio en abril de 1992.
Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori acaba de partir al encuentro del Señor. Pedimos a quienes lo apreciaron nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma.
— Keiko Fujimori (@KeikoFujimori) September 11, 2024
Gracias por tanto papá!
Keiko, Hiro, Sachie y Kenji Fujimori.
Desde que irrumpió en la política en 1990, el expresidente Alberto Fujimori dividió a la sociedad de Perú entre los que ensalzan su figura, al considerar que salvó a su país del terrorismo y el colapso económico, y los que remarcan que fue un autócrata que cometió graves violaciones a los derechos humanos y abusó de las instituciones democráticas para conservar su poder.
Publicidad
Una década de “mano dura” en Perú
El exmandatario, apodado “el chino” por sus rasgos orientales a pesar de ser descendiente de japoneses, nació en 1938 y ejerció un gobierno de mano dura en Perú entre 1990 y 2000.
En la primera ocasión venció como candidato ‘anti establishment’ al escritor Mario Vargas Llosa, y luego fue reelegido otras dos veces en medio de denuncias de fraude.
Publicidad
Además, el 5 de abril de 1992 dio un golpe de Estado con el apoyo de las Fuerzas Armadas que lo llevó a asumir todos los poderes del Estado, luego de cerrar el Congreso e intervenir el Poder Judicial y el Tribunal de Garantías Constitucionales.
Tras la presión de países y organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA), el gobernante convocó a un Congreso Constituyente que promulgó en 1993 una nueva Constitución Política, que aún está vigente.
En 1994 se divorció de Susana Higuchi tras un conflicto familiar que incluyó la denuncia de su esposa ante el Congreso de que había sido torturada por los servicios de seguridad, lo que llevó a su hija mayor, Keiko, a convertirse en primera dama del país con solo 19 años.
Higuchi falleció en diciembre del 2021, a los 71 años, debido al cáncer al pulmón que padeció durante los últimos años.
Publicidad
El asesor Vladimiro Montesinos
Los simpatizantes de Fujimori lo admiran por haber derrotado durante su gestión a los grupos terroristas Sendero Luminoso y MRTA, así como por haber detenido la “hiperinflación” que heredó del primer gobierno de Alan García (1985-1990).
Sin embargo, durante su mandato se cometieron graves violaciones a los derechos humanos y se gestó la mayor red de corrupción de la historia peruana, liderada por su asesor “en la sombra” Vladimiro Montesinos, quien también está preso.
Publicidad
Con la difusión, en septiembre de 2000, de un vídeo en el que se veía a Montesinos entregando dinero a un congresista opositor, se vio obligado a anunciar que iba a convocar a nuevas elecciones, a las que aseguró que no se presentaría.
>>> Lea también: Alberto Fujimori será candidato a la Presidencia de Perú, según anunció su hija Keiko
Dos meses después, escapó del país y renunció a la Presidencia mediante un fax enviado desde Japón, donde permaneció hasta 2005, cuando viajó a Chile, que lo extraditó a Perú en 2007.
El exgobernante cumplió su condena desde 2009 en una prisión policial de Lima adaptada exclusivamente para él y que, según sus opositores, era una “cárcel dorada” que no se comparaba a las condiciones del resto de la población penitenciaria del país y donde recibió continuamente a sus familiares y partidarios.
Publicidad
Problemas de salud
Durante los últimos años, “el chino” fue operado en seis ocasiones de una dolencia precancerígena en la lengua, conocida como leucoplasia, y también afrontó problemas estomacales, vasculares, de presión arterial y pulmonares.
En 2017, el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski lo indultó con el argumento de que una junta médica había determinado que padecía una “enfermedad progresiva, degenerativa e incurable” y que las condiciones carcelarias implicaban grave riesgo para su vida.
Publicidad
Investigaciones posteriores señalaron que el indulto fue otorgado como consecuencia de un aparente acuerdo político con el hijo menor del exmandatario, el entonces legislador Kenji Fujimori, para evitar que prospere la destitución por acusaciones de corrupción contra Kuczynski, quien finalmente renunció al cargo en marzo de 2018.
La gracia presidencial fue anulada posteriormente por un juez y Fujimori debió volver a la cárcel, después de que Kuczynski dejará el cargo y Kenji fuera desaforado por el Congreso en medio de un duro enfrentamiento político con su hermana Keiko.
En octubre del 2021, fue sometido a un cateterismo en el corazón en una exclusiva clínica de Lima, para aliviar una obstrucción en una arteria, y en noviembre volvió a ser internado por complicaciones por una fibrosis pulmonar.
El papel de sus hijos
En el plano legal, la Justicia peruana confirmó en enero de 2020 que Fujimori debía ser juzgado por el “caso Pativilca”, en el que se atribuye al grupo Colina el asesinato de seis dirigentes comunales de esa localidad del norte de la región Lima.
Publicidad
En diciembre de 2022 otro tribunal determinó que el expresidente debía ser juzgado por la denuncia de esterilizaciones forzadas cometidas durante su régimen, por lo que se estaba a la espera de que se concrete un pedido de ampliación de su extradición de Chile.
La polémica en torno a su figura ha llegado a dos de sus cuatro hijos, considerados sus herederos políticos: la tres veces candidata presidencial Keiko, que espera el inicio de un juicio por presunto lavado de activos, y el exlegislador Kenji, condenado a 54 meses de prisión por tráfico de influencias.
Publicidad