Agentes infecciosos virulentos como el coronavirus SARS-CoV-2 pueden inducir daño tisular y, ahora, un estudio liderado por la Universidad de California en San Diego, EEUU, propone un nuevo enfoque para tratar la COVID-19: usar un medicamento experimental contra el cáncer.
Hace doce años, investigadores oncológicos de este centro universitario identificaron una molécula que ayuda a las células cancerosas a sobrevivir transportando células inflamatorias nocivas al tejido tumoral.
En esta nueva investigación, demuestran que la misma molécula hace lo mismo en el tejido pulmonar infectado por COVID-19, y que la molécula puede suprimirse con un fármaco contra el cáncer reorientado.
El trabajo, publicado en Science Translational Medicine, representa un nuevo enfoque para prevenir daños irreversibles en órganos en enfermedades como la COVID-19 y el SARM, que no mejora con el tipo de antibióticos usados para las infecciones por estafilococos.
Los dos actores clave en este planteamiento son unas células inflamatorias llamadas células mieloides y la enzima PI3K gamma, explica un comunicado de la universidad.
Las células mieloides pertenecen al sistema inmunitario innato, la inmunidad con la que se nace antes de exponerse a los agentes patógenos del entorno, y actúan con gran rapidez para eliminar agentes mortales como el SARS-CoV-2, el virus causante de la COVID-19.
El trabajo demuestra que los fármacos capaces de impedir el reclutamiento de células mieloides dañinas en tejidos infectados por agentes graves, como la COVID-19 o el SARM, tienen un efecto beneficioso 'significativo' en la preservación de la función tisular.
La mayoría de los fármacos COVID se dirigen contra el virus, ya sea previniendo la infección o impidiendo que este produzca más de sí mismo después de esta.
El enfoque actual se dirige al huésped, evitando que el sistema inmunitario reaccione de forma exagerada o que se acumulen fibras en los pulmones.
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