El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo que los generales sudaneses en disputa acordaron un alto el fuego de tres días desde el martes, 25 de abril, para tratar de poner fin a los enfrentamientos.
"Tras intensas negociaciones durante las últimas 48 horas, las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) acordaron un alto el fuego en todo el país desde la medianoche del 24 de abril, que durará 72 horas", declaró Blinken en un comunicado dos horas antes de que la tregua entrara en vigor.
"Durante este periodo Estados Unidos espera que el Ejército y los FSR respeten plenamente y de inmediato el cese el fuego", agregó.
El secretario de Estado indicó además que Estados Unidos trabaja con sus aliados para el inicio de una "comisión" que estaría a cargo de negociar un cese permanente de hostilidades en Sudán.
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Blinken habló previamente el lunes con su homólogo keniano sobre el conflicto sudanés y recientemente multiplicó los contactos con los generales rivales, así como con países de la región y con la Unión Africana.
El éxodo masivo de extranjeros se aceleró este lunes en Sudán, sacudido por feroces combates entre el ejército y un grupo paramilitar que abocaron el país al borde "del precipicio", advirtió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
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Las explosiones, los bombardeos y los disparos no han dejado de resonar desde hace diez días en la capital sudanesa, Jartum, y otras zonas, provocando centenares de muertos.
Sin embargo, las capitales extranjeras lograron negociar con los dos beligerantes la evacuación de su personal diplomático y de ciudadanos de sus países.
Esta espiral "corre el riesgo de una conflagración catastrófica dentro de Sudán que podría envolver a toda la región y más allá", aseguró este lunes Guterres.
Pese a esta advertencia, el emisario de la ONU en Sudán, Volker Perthes, permanecerá en este país del este de África, a diferencia de numerosos diplomáticos y otros ciudadanos extranjeros.
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En total, se evacuó a más de 1.000 ciudadanos de la Unión Europea (UE), según el jefe de la diplomacia del bloque, Josep Borrell.
España anunció la salida de 100 personas, españoles pero también latinoamericanos.
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Estados Unidos evacuó en helicópteros a su personal diplomático, menos de 100 personas.
China y varios países árabes también evacuaron a cientos de sus nacionales.
Unos 700 empleados de la ONU, embajadas y de organizaciones internacionales "fueron evacuados hacia Puerto Sudán", una ciudad a orillas del mar Rojo, indicó Naciones Unidas.
Los más de 5 millones de capitalinos no tienen desde hace días agua ni electricidad, y la comida empieza a faltar.
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Los enfrentamientos, que se desarrollan principalmente en Jartum y Darfur, en el oeste de este país de 45 millones de habitantes, estallaron el 15 de abril entre el ejército del general Abdel Fatah al Burhan, gobernante de facto de Sudán desde el golpe de 2021, y su rival, el general Mohamed Hamdan Daglo, líder de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
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"Temo por su futuro"
Más de 420 personas murieron y 3.700 resultaron heridas hasta ahora, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los habitantes de Jartum sólo tienen una idea en mente: abandonar la ciudad, que se hunde en el caos.
Los dos bandos se acusan mutuamente de haber atacado las cárceles para liberar a cientos de presos, saquear casas y fábricas.
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También se han registrado enfrentamientos en torno a bancos, que fueron vaciados.
En un país donde la inflación ya es de tres dígitos en tiempos normales, el precio del arroz o de la gasolina está por las nubes.
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"A medida que huyen los extranjeros, que pueden hacerlo, se agrava el impacto de la violencia en una situación humanitaria ya crítica en Sudán", advirtió la ONU.
Atrapadas en el fuego cruzado, sus agencias y muchas otras organizaciones humanitarias han suspendido sus actividades en el país.
Cinco trabajadores humanitarios, entre ellos cuatro de la ONU, murieron y, según el sindicato de médicos, casi tres cuartas partes de los hospitales están fuera de servicio.
El hambre amenaza
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En tanto, los encarnizados combates entre las fuerzas de los dos generales en el poder no dan tregua.
Los tiroteos se intensifican en la capital y sus alrededores. Aviones de combate sobrevuelan la zona mientras van avanzando los blindados paramilitares.
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La disputa entre Burhan y Daglo surgió de los planes de integrar las FAR al ejército regular, un requisito clave del acuerdo para restaurar la democracia en Sudán tras el golpe militar que depuso al gobernante autocrático Omar al Bashir en abril de 2019.
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