John Jairo Suaza, un pastor colombiano residente en Tel Aviv desde hace tres años, compartió su testimonio tras el reciente ataque masivo de misiles lanzados desde Irán hacia Israel.
"Enviaron más de 150 misiles desde Irán, mucho más grandes que los de Hamás, más veloces y con mayor carga explosiva", relató Suaza, quien afirmó que la cúpula de hierro de Israel tuvo que reaccionar rápidamente para interceptar la mayoría de los proyectiles.
El pastor describió la escena como caótica: "Esto generó pánico, la gente corre inmediatamente hacia los búnkers. Los que están en vehículos o en carreteras están mucho más vulnerables, ya que no hay refugios cercanos. Las explosiones hacen temblar los edificios, las casas vibran, y eso genera incomodidad y miedo", afirmó.
Pese la preparación del sistema de defensa israelí, el impacto emocional en la población ha sido profundo. "Hay muchas personas en pánico, especialmente mujeres, y como pastor, mi labor es tratar de calmarlas, darles paz y tranquilidad, aunque sé que la situación es muy difícil".
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Suaza explicó que la población cuenta con alarmas en sus teléfonos móviles que les alertan con tiempo suficiente para refugiarse. "En cuanto suena la alarma en el teléfono, tengo aproximadamente un minuto o dos para buscar un búnker. Afortunadamente, ya estaba llegando a casa y pude refugiarme rápidamente en el sótano", comentó. Sin embargo, aprovechó para grabar videos del cielo lleno de misiles antes de resguardarse.
El pastor también describió el momento de las explosiones, resaltando la magnitud de los impactos: "La cúpula de hierro, al interceptar los misiles, genera una onda explosiva que afecta a los edificios. La tierra literalmente se mueve. Es impresionante".
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A pesar de los esfuerzos de la defensa israelí, algunos misiles lograron pasar, aunque la cúpula de hierro evitó daños mayores. "Israel está muy preparado. Este país ha vivido en constante alerta, pero el ataque de hoy fue particularmente fuerte", concluyó.
La situación sigue siendo incierta, y aunque el pánico es palpable, Suaza mantiene su labor de acompañamiento espiritual: “Mi misión aquí es darles paz, aunque sabemos que esto puede ir para largo. Israel no se quedará callado”.