En septiembre de 2019, la BBC comenzó a revelar la historia de Ruja Ignatova, una búlgara perseguida por el FBI por defraudar a inversionistas con US$4.500 millones a través de OneCoin, una criptomoneda que no conectaba con el registro digital. La “reina de las criptomonedas”, como era conocida, desapareció en 2017, dejando tras de sí un misterio que dese entonces ese medio ha explorado a profundidad, revelando vínculos con el crimen organizado búlgaro y teorías sobre su posible asesinato.
Ignatova, graduada de la Universidad de Oxford, se destacó en el mundo financiero antes de lanzar OneCoin en 2014, una criptomoneda que prometía grandes devoluciones. Sin embargo, tras su desaparición, se reveló que la criptomoneda era un fraude bien disfrazado, desencadenando investigaciones de Alemania y Estados Unidos.
Un personaje clave en esta trama es Hristoforos Nikos Amanatidis, apodado "Taki", presunto jefe del crimen organizado búlgaro y posible protector de Ignatova. Documentos de Europol sugieren que "Taki" usó la red de OneCoin para lavar ganancias del narcotráfico, mientras que la policía búlgara lo vincula con Ignatova.
Los documentos también señalan que "Taki" es una figura casi mítica en Bulgaria, siendo el jefe de una organización criminal y un poderoso traficante de drogas. Aunque nunca ha sido procesado con éxito, se sospecha que tiene conexiones corruptas.
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Existen especulaciones sobre si "Taki" podría haber ordenado el asesinato de Ignatova, quien desapareció en circunstancias misteriosas. Informes de la Policía sugieren que fue asesinada a fines de 2018 y su cuerpo desmembrado, pero estas afirmaciones aún no han sido verificadas.
A pesar de estas acusaciones, "Taki" nunca ha sido arrestado por el presunto asesinato de Ignatova, y los investigadores carecen de evidencia suficiente para enjuiciarlo. Sin embargo, expertos como Richard Reinhardt del IRS creen que es probable que Ignatova esté muerta, aunque no hay pruebas definitivas que vinculen su muerte con "Taki".
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La incertidumbre sobre el destino de Ignatova persiste, y aunque algunos aseguran haberla visto después de su presunto asesinato, su paradero sigue siendo un enigma.