El pasado 6 de febrero los habitantes de Turquía y Siria se despertaron por un fuerte terremoto de 7.8 que acabó con la vida de miles de personas, quienes en su mayoría se encontraba durmiendo
Tras el movimiento telúrico, se han presentado más de 100 réplicas que terminaron de debilitar las bases de los edificios residenciales, comerciales y oficinas
Considerada como una de las catástrofes más devastadoras del siglo XXI de ese país, los socorristas día a día corren una carrera contra el tiempo para encontrar posibles sobrevivientes que hayan quedado atrapados debajo de los escombros
Por eso, para agilizar un poco más la búsqueda de las personas vivas, los socorristas se apoyan de los perros que han sido entrenados para olfatearlas
Sin embargo, antes de hacer uso de los perros, los socorristas tratan de ubicar a las personas mediante golpes, con la esperanza de que haya una respuesta
Una vez ubicados los sobrevivientes, los rescatistas sacan sus equipos con los que perforan las placas de concreto para llegar hasta ellos
En algunas ocasiones, tienen que atravesar varias capas de hormigón para llegar hasta ellos
En las regiones más afectadas es común ver y escuchar las retroexcavadoras que trabajan sin parar para remover los escombros
Las bajas temperaturas hacen que el cuerpo de una persona no se deshidrate rápido, por lo que la probabilidad de supervivencia es mayor
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