Unos 60 pacientes pasan hambre en el centro psiquiátrico Mars & Kline, en el corazón de Puerto Príncipe, en el que falta lo necesario para satisfacer las necesidades básicas de los internos.
Tanto el pabellón de hombres como el de mujeres mantienen una estética similar a una cárcel. Las cuatro paredes mugrientas de las celdas insalubres tienen ventanas o puertas de hierro cerradas
Pero con apenas equipamiento, pues hay muy pocas camas en Mars & Kline, el principal centro psiquiátrico público de la capital haitiana.
No hay agua, electricidad ni actividades de ocio para los pacientes, que van total o parcialmente desnudos.
Algunos hablan solos, muchos están agitados, incluso lanzan insultos y se dirigen a cualquier visitante pidiendo algo de comer.
La escena "es horrible", comenta un visitante al ver cómo los pacientes -de entre 30 y 40 años- se pelean por la comida que había llevado un familiar de uno de ellos.
El psiquiátrico está casi en total abandono. Allí los pacientes esperan la muerte entre los efluvios de orina y los lamentos de los desahuciados que escupen mil y una frustraciones a quien las quiera escuchar.
Sus rostros lavados contrastan con la suciedad de las ropas que cubren los cuerpos frágiles, delgados, consumidos. Como no toman medicación desde el pasado febrero, algunos pacientes se consumen mientras otros se sumergen en la locura.
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