Un hombre fue condenado a la pena de muerte por haber matado a una pareja de ancianos fue ejecutado el jueves en presencia de un sacerdote, pese a la reserva de las autoridades penitenciarias de Oklahoma, Estados Unidos, que querían que el religioso se mantuviera a distancia.
Scott Eizember, de 62 años, recibió la inyección letal en la penitenciaría de McAlester, en el centro de Estados Unidos, convirtiéndose en el tercer ejecutado desde el inicio del año en el país.
Cerca de 20 años después de "sus horribles crímenes (...) se hizo justicia", dijo el fiscal general de Oklahoma, Gentner Drummond, que estuvo presente en la ejecución.
Eizember fue condenado a la pena capital por la muerte en 2003 de una pareja de adultos mayores. De acuerdo con el fiscal Drummond, el hombre los había "mantenido cautivos durante dos horas en su domicilio", antes de dispararle a la esposa y luego romper el cráneo del marido con su pistola.
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En septiembre Eizember recibió la visita de Jeffrey Hood, un sacerdote contrario a la pena de muerte y miembro de la iglesia católica antigua (que rompió con Roma), que el reo solicitó le acompañara durante la ejecución.
El 4 de enero, los responsables de la penitenciaría se rehusaron, argumentando la "militancia" del sacerdote que, según ellos, podría hacer un escándalo durante la ejecución.
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Luego de una solicitud a la justicia, las autoridades penitenciarias de Oklahoma finalmente aceptaron la presencia de Hood, argumentando que actuaban por el interés de la familia de las víctimas.
"Los familiares de la víctimas están dispuestos a pasar la página y comprenden que esta denuncia (...) puede retardar la ejecución", explicó en un comunicado el director Steven Harpe.
Por lo general, en Estados Unidos la cercanía de una ejecución suscita batallas legales que concluyen frecuentemente a último minuto ante la Corte Suprema.
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