Los diez testigos llamados por la Fiscalía, la posibilidad de Daniel Sancho de hacerles preguntas y la decisión del juez de celebrar el juicio a puerta cerrada han protagonizado el arranque del proceso esta semana contra el español en Tailandia por el supuesto asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta el pasado agosto.
El juicio, que comenzó el martes en el tribunal de Samui (sur de Tailandia), se tomó este jueves una pausa hasta el próximo miércoles, cuando se retomarán las vistas tras la celebración de las festividades por el Songkran o Año Budista, según confirmó el juez del caso.
Así, la primera semana de uno de los juicios más mediáticos de los últimos tiempos en España, de donde procede el acusado, hijo y nieto de los actores Rodolfo Sancho y Sancho Gracia, concluyó tras la celebración de tres sesiones consecutivas.
Entre los pocos asistentes a la pequeña sala del juzgado se encontraban tanto el padre del acusado como su madre, la analista de inversiones Silvia Bronchalo, quien se ausentó solo en martes por estar indispuesta, además de representantes de la embajada de España.
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Sancho pregunta a los testigos
Con el pelo corto, en chancletas y ataviado con el uniforme marrón con el que los acusados deben asistir a los juicios en Tailandia -distinguido por la palabra "tribunal" en la espalda-, Sancho
, esposado y con grilletes, ha acudido cada día a las vistas, en las que el juez le ha permitido hacer preguntas a los testigos.
Sentado delante de su padre, con quien ha podido hablar durante las sesiones, Sancho orientaba sus interpelaciones siguiendo las indicaciones del juez, que se ha mostrado flexible con el procesado de 29 años, representado por un abogado de oficio tailandés, Apirchat Srinual.
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Las preguntas a testigos por parte del acusado no es algo habitual pero sí está permitido en Tailandia si el juez lo autoriza y Sancho, que se declara no culpable de asesinato, se ha preparado durante los pasados ocho meses de prisión provisional en Samui.
El español se enfrenta a una posible condena máxima de pena de muerte -que Tailandia apenas aplica y que suele conmutar- si el juez le encuentra culpable del asesinato premeditado del cirujano plástico colombiano Arrieta el 2 de agosto en la cercana isla de Phangan, tal y como le acusa la Fiscalía.
Problemas de traducción
La traducción del tailandés fue un problema ya que Sancho dispone tiene intérprete al español por videoconferencia, pero el juez le ha permitido también interpretación casi simultánea al inglés en su equipo de defensa.
El contenido de lo que pregunta Sancho a los testigos o cualquiera de los integrantes de defensa o de Fiscalía no puede transcender por la decisión del juez de celebrar el juicio a puerta cerrada y prohibir a los asistentes revelar detalles.
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Esto es algo excepcional en Tailandia, con muchos medios de comunicación extranjeros, lo que, según dijeron a EFE fuentes judiciales, ha provocado "nerviosismo" en un país no acostumbrado a ello, y que abocó a la prensa a esperar las escasas noticias fuera del tribunal en unos días de calor bochornoso.
Reconstrucción de los hechos
El fiscal, Jeerawat Sawatdichai, se limitó a indicar a EFE al salir de la sesión que estaba "satisfecho" con el desarrollo del juicio, aún en la fase factual, en la que simplemente se comprueban los hechos que recoge el informe policial a través de los testigos.
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Para esa reconstrucción de lo sucedido la Fiscalía tiene grabaciones de 28 cámaras de seguridad y llamó esta semana a declarar a diez testigos, desde la mujer que halló los primeros restos mortales de Arrieta en un vertedero de Phangan hasta quien vendió a Sancho los cuchillos y la sierra que la acusación considera utilizó para matar y descuartizar al cirujano.
La primera semana, que las partes han descrito como "intensa", concluyó con la declaración de dos de los 20 policías que participaron en la investigación que comenzó el 3 de agosto cuando se encuentran los primeros restos del cadáver del colombiano y Sancho se presenta en comisaría para denunciar su desaparición y es inmediatamente identificado como sospechoso.
El acusado, con mascarilla por las restricciones por covid todavía vigentes en las cárceles tailandesas , fue detenido el 5 de agosto, tras confesar el crimen a agentes de Phangan, si bien después se declaró no culpable ante el juez y mantiene desde entonces que la muerte de Arrieta se debió a un accidente durante una pelea.
"Fue en defensa propia. Ocurrió por un incidente en el que solo había dos personas implicadas", dijo por su parte su abogado tailandés.
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El juicio se retomará el próximo miércoles con más testigos de la Fiscalía, con el turno de la defensa a partir del 25 de abril, cuando declararán Sancho y su padre.