El refugio acoge a casi 800 personas afectadas por las históricas inundaciones causadas por el desborde del río Guaiba, que han dejado más de 150 muertos y un centenar de desaparecidos.
Mientras algunos desplazados esperan volver a sus hogares, otros han perdido todo y no tienen esperanzas de regresar.
Algunos habitantes que han vivido tres inundaciones, comparten la desesperanza de enfrentar una y otra vez la pérdida total de sus pertenencias.
La unidad de salud mental de la alcaldía organiza charlas para ayudar a los afectados a procesar sus emociones y recuperarse del trauma.
Las lluvias cada vez más intensas en la región son vinculadas por los científicos al cambio climático y al fenómeno El Niño, lo que preocupa a los refugiados.
Algunos refugiados expresan su preocupación por la deforestación en la Amazonía y su impacto negativo en el clima global.
Las personas muestran una notable resiliencia y están decididas a reconstruir sus vidas a pesar de las pérdidas sufridas.
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