Daniel Sancho, el español condenado a cadena perpetua en Tailandia por el asesinato del colombiano Edwin Arrieta , pidió al juez quedarse en la prisión tailandesa de Samui, donde se encuentra desde el pasado año, según varias fuentes dijeron, pero el magistrado indicó que la ley no permitía dicho traslado y que la decisión no dependía de él.
Sancho pidió si podía quedarse en el mismo centro penitenciario tras escuchar el fallo del magistrado en el Tribunal Provincial de Samui, que le declaró culpable de asesinar de manera premeditada a Arrieta el 2 de agosto de 2023 en la vecina isla de Phangan.
El español mantuvo la "entereza" al escuchar la condena a cadena perpetua, rebajada de la pena de muerte por el trabajo de la defensa durante el juicio y su colaboración, añadieron las fuentes.
El juez, que ha llevado el caso desde el principio y cuya identidad no se hace pública, indicó que "la ley no permite" el traslado de prisión, y que la decisión en cualquier caso no dependía de él.
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Según dijeron desde la prisión de Samui, Sancho ya ha regresado por el momento a la cárcel, que "solo permite alojar a presos con condenas de hasta 15 años. Si no, debe ser trasladado".
"Estamos esperando la orden de traslado, que aún no ha llegado", indicaron, añadiendo que no saben a qué penitenciario del país podría ser enviado ni cuándo, si bien se prevé que pueda ser inminente.
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Sancho podría ser trasladado a la cárcel de Surat Thani, provincia a la que pertenece Samui, de mayor seguridad y con alrededor de diez veces más reos.
La vista empezó alrededor de las 10 de la mañana, duró aproximadamente una hora y cuarto y el juez leyó la sentencia durante una hora en tailandés.
Alice Keartjareanlap, la asesora legal de confianza del padre del condenado, el actor Rodolfo Sancho, se encargó de ir traduciendo la sentencia a Sancho.
Tras dictar el fallo, que consideró a Sancho culpable de los tres delitos de los que le acusaba la Fiscalía -asesinato premeditado, ocultación del cadáver y robo de documentación ajena- el juez preguntó si había alguna duda, momento en el que el español remarcó en inglés al magistrado que había actuado "en defensa propia".
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Sancho, que solo se había declarado culpable de la ocultación del cadáver, por el descuartizamiento de Arrieta, de entonces 44 años, se abrazó a sus padres, el actor español y la analista de inversiones Silvia Bronchalo, al escuchar la condena.
De 30 años y nieto a su vez del también actor Sancho Gracia, Daniel Sancho era prácticamente desconocido hasta que salió a la luz el pasado año el crimen por el que hoy fue condenado.
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El español se formaba para chef y trabajaba como relaciones públicas cuando conoció a Edwin Arrieta, cirujano plástico colombiano, a través de las redes sociales meses antes de que ambos quedaran en Phangan el mismo día de los hechos.