El 11 de septiembre de 2001, la vida de los estadounidenses y del mundo entero cambió para siempre. El ataque terrorista que impactó dos aviones contra las emblemáticas Torres Gemelas en el centro financiero de Nueva York transformó para siempre la concepción de seguridad en todo el planeta.
Aquel día, 19 hombres secuestraron cuatro aviones comerciales estadounidenses cargados de combustible con destino a la costa oeste. En total, 2.977 personas perdieron la vida en los ataques perpetrados en Nueva York, Washington y en las afueras de Shanksville, Pensilvania.
23 años después, el 11 de septiembre sigue siendo una fecha imborrable en la memoria colectiva. Marisol Arreola, quien trabajaba en el piso 93 del World Trade Center, justo en el área donde impactó el avión, compartió su conmovedora experiencia de supervivencia. Arreola había solicitado un permiso para faltar ese día debido a una cita médica importante: su control prenatal, ya que estaba embarazada de siete meses.
En una entrevista con La Voz de América, Arreola relató cómo sobrevivió al ataque: “Estábamos hablando por teléfono porque tenía una reunión, cuando de repente se colgó la llamada y me pareció extraño. Intenté llamar de nuevo y no contestaba, la línea estaba ocupada”. El servicio se había interrumpido a las 8:46 de la mañana, el momento en que el primer avión impactó la torre norte.
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A pesar del alivio de haber escapado de la tragedia, el dolor persiste para quienes vivieron el evento. “Uno de mis compañeros estaba preparándose para la boda de su hijo... esas cosas que no pudieron hacer... me los quitaron de la vida mía, como quien dice, les robaron la vida a ellos. Todavía duele, aunque han pasado años, sí duele”, reflexionó Arreola.