"(El presidente de Rusia, Vladímir) Putin ha dicho claramente que estamos listos para negociar. Pero no consideraremos ninguna propuesta sobre un alto el fuego porque ya lo hicimos una vez y se nos engañó", aseguró Lavrov durante una rueda de prensa tras su discurso con motivo de laAsamblea General de la ONU, en Nueva York.
El ministro recordó que ya hubo reuniones entre delegaciones rusas y ucranianas en abril del año pasado, y acusó a Kiev de apostar por una extensión del conflicto militar para "agotar" a Rusia.
Lavrov también acusó a Estados Unidos y a las naciones occidentales de prolongar la guerra por negarse a considerar cualquier propuesta de paz que se aleje de la postura oficial defendida por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que incluye la retirada completa de Rusia del territorio ucraniano y la "restauración total" de su soberanía.
Esta propuesta, dijo Lavrov, no es factible. "¿Quieren que (la negociación) sea sobre el campo de batalla? Muy bien, pues será sobre el campo de batalla", aseguró.
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Nubes negras sobre el acuerdo del grano
El ruso tampoco dio muchas señales positivas sobre otro de los grandes temas en los que la ONU ha tratado de mediar: el conocido como "acuerdo del grano" para facilitar la salida de cereal ruso y ucraniano, más fertilizantes rusos, por un corredor seguro en el mar Negro, que Moscú no ha renovado.
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Lavrov se refirió a las propuestas del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, de facilitar las transacciones financieras rusas a través de una filial del Banco Agrícola Ruso en Luxemburgo para reactivar el acuerdo, y dijo que "no funcionarían".
"No las rechazamos", dijo Lavrov, "simplemente no son realistas". El ministro detalló que la filial de Luxemburgo que Guterres propone ni siquiera ha recibido un permiso bancario para operar.
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La comparecencia de Lavrov se centró en buena medida en acusar a Washington y a sus aliados de la OTAN de buscar un mantenimiento del "statu quo" por miedo a un "nuevo orden mundial" con mayor participación de los países del sur global, un mensaje habitual de la delegación rusa en la ONU desde el comienzo de la invasión.
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