Una nueva medida está en discusión en Estados Unidos: la posibilidad de deportar rápidamente a aquellos que crucen la frontera de forma irregular, sin permitirles presentar su caso de asilo. Se habla de que esta iniciativa podría entrar en vigencia cuando se alcance un cierto número de cruces irregulares diarios, aunque este número aún no está confirmado.
Este debate llega en un momento crucial, a seis meses de las elecciones generales, donde la gestión de la migración se ha vuelto un tema central para los votantes, según una encuesta reciente. Mientras tanto, el expresidente Trump, ahora candidato republicano, ha criticado abiertamente las políticas migratorias de Biden, acusándolo de crear una "crisis" en la frontera.
La Casa Blanca planea hacer el anuncio oficial de esta propuesta en un evento conjunto con alcaldes de ciudades fronterizas. A pesar de las cifras récord de detenciones en el pasado, los números se han reducido este año, lo que algunos atribuyen a acciones tomadas por México para detener el flujo migratorio.
Sin embargo, han surgido denuncias de abusos por parte de las autoridades mexicanas, incluyendo extorsiones, lo que añade un matiz preocupante a esta situación. Esta no sería la primera vez que Biden toma medidas para controlar la migración por tierra; el año pasado se realizaron cambios para restringir el acceso al asilo para aquellos que crucen la frontera de manera irregular.
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El contexto global de aumento en la cantidad de personas desplazadas, junto con la presión política, ha llevado al gobierno de Biden a dejar atrás sus promesas de campaña sobre el sistema de asilo. En lugar de ello, se ha mantenido una postura restrictiva, aprovechando políticas heredadas del gobierno anterior y buscando limitar aún más el acceso al asilo en la frontera sur.
A diferencia de otros tipos de migración legal, como los visados de trabajo, el asilo no tiene un límite establecido debido a su naturaleza humanitaria, aunque las nuevas normativas buscan cambiar este aspecto.