La sopa o caldo de murciélago es uno de los platos más exóticos que tiene la región de Wuhan, en China. Parte de la población lo consume porque, supuestamente, es una comida que ayuda a curar enfermedades.
Las autoridades chinas, en las primeras investigaciones, le atribuyen al consumo de este animal salvaje, además de serpientes originarias de la región que tienen en su genoma el virus, la propagación de la enfermedad en el país asiático y en varios del mundo.
La preparación de esta sopa es similar a la cocción de langosta o comida del mar: el mesero se acerca a la mesa, le da la opción al cliente de que escoja el murciélago que desea ingerir y, según la preparación, bien sea cocido o crudo, al animal lo matan en ese instante.
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Esta sopa es muy común en países asiáticos como Filipinas, Tailandia, Singapur y Camboya, especialmente en las regiones tradicionales que no han sido tan impactadas por la comida occidental y donde se consumen animales salvajes, prohibidos en la mayoría de países, pero que se convirtió en un mercado negro de bastante acogida.